Desilusión
Fecha: 19/06/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... buenas siempre.
Tengo que decir que yo era adoptado y tenía un hermano, nunca fui santo de su devoción, pero teníamos una relación cordial, más bien por nuestros padres. Él era todo lo contrario a mí, destacaba en todo, era guapo alto y tenía un cuerpo esculpido en un gimnasio.
Para el yo siempre fui el intruso que le quito parte del amor de sus padres cuando yo no era nada de ellos, más bien un muerto de hambre que avían recogido por caridad. A mí no me importaba que pensara así, cuando te crías sin nadie desde pequeño, recibir un poco de amor es mucho.
Mis padres me querían, pero estaba claro quien era su hijo, si había que comprar un capricho, siempre era para Roberto (así se llamaba mi hermano). Esas cosas a mí no me importaban, tenía un techo, tenía tres comidas diarias y siempre iba con la ropa limpia, eso era lo más importante.
La noche que salí a cenar con Lidia iba nerviosa, temblaba como un flan. Llegue a recogerla a su portal diez minutos antes, cuando salió del portal casi me da un infarto. Estaba preciosa de verdad, estaba tan espectacular que podría ir robando las carteras de todos los hombres que nos cruzáramos por la calle, y estos no se enterarían de nada.
La invité a cenar a un restaurante que me habían recomendado, se cenaba bien y no te dejabas los dos riñones y los ojos para pagar la factura, a Lidia le gusto mucho y la verdad que la cena fue estupenda.
• Te noto nervioso toda la noche, ¿estás bien?
• Si un poco.
• ¿No me digas ...
... que te sientes intimidado?
• Si, lo estoy, nunca había salido con una mujer tan guapa como tú.
• Pareciera que fuera la primera mujer con la que sales (sonreía).
• No, pero las chicas no hacían cola para salir conmigo.
• Pues a mí me gusta el conjunto.
• ¿Qué conjunto?
• Tienes unos ojos que llaman la atención, un cuerpo bien definido y una personalidad muy positiva. De momento no he visto nada en ti que me desagrade, al contrario.
Escuchar esas palabras me hicieron hincharme como un pavo real, después de cenar me dijo que quería ir a bailar. Me llevo a un local de esos de moda, donde necesitas un magnetófono para poder comunicarte con una persona, de lo alta que está la música.
Si algo me quedo claro es que si me dejaron entrar es porque iba de su brazo. De otra manera el segurata me habría metido en el primer container que hubiera encontrado. El local estaba abarrotado, parecía que había que pedir las consumiciones vía WhatsApp.
Mientras pedía las consumiciones, Lidia se fue a la pista de baile, no tardo en estar rodeada de buitres, no me hacía ninguna gracia ver eso, pero ella y yo no teníamos nada y no tenía ningún derecho a ponerme celoso.
Según me acerque Lidia se fue quitando todos los moscones que tenía alrededor y según cogió su consumación se dio la vuelta y empezó a contornearse al son de la música, restregando su culo sobre mi polla. La tenía tan dura que habría partido paredes con ella.
Después se dio la vuelta y fue acercando su ...