Universitaria: Follando en los vestuarios.
Fecha: 20/06/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Miriam, actualmente he acabado mis estudios universitarios y he vuelto a casa de mis padres durante un periodo de tiempo para hacerles compañía. Renunciar a la privacidad de vivir sola para volver a casa de mis padres ha sido algo complicado en el ámbito sexual, ya que no tengo plena libertad para follar todo lo que me gustaría, a pesar de que mis padres son muy comprensivos. Como algunos sabréis tengo 22 años, no soy especialmente alta, pero tampoco baja, tengo un culito respingón, pequeño y redondito, y unas tetas grandes, redondas y firmes, que son lo que más destacan de mi. Hace unos meses decidí cambiar mi look, tiñéndome el pelo de blanco-plateado, pero manteniéndolo largo, cayendo a la altura de mis pechos y liso.
Había quedado con mis viejas amigas del colegio, estuvimos hablando largo y tendido de nuestras vidas, poniéndonos al día después de bastante tiempo y tomando alguna que otra copa. Al final nos marchamos cada una por nuestro lado, unas mas perjudicadas que otras, pero era un Martes y todas tenían algo que hacer.
Para seguir aprovechando lo que quedaba de tarde, decidí ir a nadar para despejarme. Pasé por casa, cogí la mochila y me dirigí a la vieja piscina donde pasé mis años de juventud en clases de natación.
Me puse mi bañador azul marino, es de esos de cuerpo completo, estilo “V”, me quedaba algo ceñido dado que era algo viejo, y mis pechos apenas quedaban contenidos, pero al menos me servía para su función. No había mucha gente, ...
... por lo que pude disfrutar de la natación tranquilamente, y pasados unos 20 minutos me quedé sola en la piscina. Eso era fantástico, poder disfrutar de esa tranquilidad, dentro del agua me hacía sentir muy libre, como si estuviese sola en el océano. Sin embargo, cuando miré un reloj sobre la pared, entendí porque no había nadie. Eran casi las 10 de la noche y estaban a punto de cerrar. Miré desde el agua a ambos lados, y no pude ver a nadie, por un segundo me asusté pensando que me había quedado encerrada. ¿Pero de verdad podía ocurrir? ¿Nadie se había dado cuenta de que seguía en la piscina? Salí rápidamente del agua y ví a un joven acercándose a la puerta que daba a los vestuarios con las llaves.
-Por dios, pensaba que me había quedado encerrada.- Dije algo asustada.
-Pues poco ha faltado. ¿Qué haces aún aquí? Cerramos a las 9 y media.- El chico era un chaval algo más mayor que yo, con un polo rojo viejo y pantalones cortos abombados. Parecía de etnia gitana, era muy moreno y tenía un acento que no lograba distinguir.
-Perdón, perdón.- Dije con cara de corderito degollado esperando no recibir una bronca. -Me ducho enseguida y me marcho.- Fui corriendo a por mi toalla que estaba en un banquillo junto a la pisicna. Mis pechos se balanceaban por el movimiento excesivamente, haciendo más difícil a la licra del bañador contenerlos, y el muchacho se dio cuenta pese a no decir nada.
Pasé junto a él dedicándole una sonrisa de piedad, y me dirigí por un pequeño pasillo al ...