1. El placer de la reina


    Fecha: 22/06/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me empotrase. Mientras yo tenía vistas de mi madre, él apoyó su miembro en mi culo.
    
    –Por el culo otro día, Zendar. Ahora quiero disfrutar, no que me empalen el culo.
    
    Carin llegó y dejó la ropa en un rincón . Tinuviel la hizo sentarse con ella. Sin avisar Zendar me penetró. Arqueé la espalda y gemí. Zendar tomó las riendas y comenzó a cabalgarme de forma salvaje. Y yo gemía para él de puro placer. Madre y esclava se daban placer mutuamente mientras se besaban con auténtica pasión. Mientras Zendar agarró del pelo y continuó usándome cual yegua. De vez en cuando me azotó en el culo. Yo me volví a correr cuando el eyaculó en mi interior.
    
    –Joder, ha sido...vigorizante.
    
    –Zendar, vuelve a tu alcoba. Déjanos solas.
    
    Yo me acosté en el cama, para descansar un poco de la follada que me acababan de dar.
    
    –Eso está mal, hija mía. No eres su perra.
    
    –¿De qué estás hablando?
    
    –No eres su perra, tu no le das placer a él, él te debe dar placer a ti. Tu eres la reina, y él es un simple soldado. No olvides eso, y no cometas los errores de tu hermana.
    
    –¿Y que debería hacer? ¿Cómo debería actuar?
    
    –Aquí me tienes como sujeto de pruebas.–se señaló mi madre así misma–Trátame como a tu sierva, se que sabes hacerlo.–asentí
    
    –Ven frente a mi, ahora.–ordené con autoridad
    
    Mi madre vino frente a mí y esperó una orden.
    
    –Arrodíllate, Zendar.
    
    –¿De qué vas, nena?
    
    –Soy la reina, arrodíllate, ahora–mi madre me obedeció–Besa mi mano.–y ella lo hizo.
    
    Mi madre se me ...
    ... quedó mirando, y yo no supe que más decir. No entendía a mi madre, no quería tener sexo conmigo por miedo a lo que pudiera pasar, pero ahora estaba obedeciendo mis órdenes. Y me moría de ganas por sentir sus labios, y sus caricias.
    
    –Carin, acércate.
    
    –¿Qué deseas?–preguntó agachando la cabeza
    
    –¿Tenéis en palacio esos arneses que usáis en los prostíbulos?
    
    –Si, ¿quieres que vaya a buscarlo?–asentí
    
    –¿Crees que debería ser dominante con Zendar?–pregunté a mi madre, y está se levantó
    
    –Creo que debes mostrar que eres una reina. Eres una mujer, y si te muestras como lo suele hacer tu hermana, muy probablemente pierdas el respeto de tus compatriotas.
    
    –¿Y tú qué?
    
    –Yo sé cómo hacerlo bien, las sacerdotisas de la luna me enseñaron parte de su arte. Si eres como Talia acabarás mal, querida mía. Fuera de Hizunia una mujer como yo, o como ella, es considerada puta. Allí fuera las mujeres deben ser recatadas, sumisas y deben dar muchos hijos.
    
    –¿Y si hubieras nacido fuera de nuestra tierra?
    
    –Si no hubiera nacido princesa, me hubiera hecho sacerdotisa lunar o maga. A las sacerdotisas lunares no les exigen nada de lo que a una mujer se le suele exigir. Pueden hacer todas las mamadas y orgias que les de la gana a las muy putas.
    
    Carin llegó con el mencionado arnés, con un ariete de tamaño considerable. Miré a Tinuviel y arqueé una ceja.
    
    –Es más grande de lo que me imaginaba.–Carin me lo dio.
    
    –La ama Tinuviel expresó su deseo de enseñarte a ser reina en la cama. ...
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