1. La folladora sonámbula.


    Fecha: 27/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... querer cada vez más y más conforme su sabor se iba deslizando por mis papilas gustativas.
    
    Mi mente terminó por volverse loca, y trató aquellos pechos como si de dos bolas de helados en verano se tratasen, las lamía como si el niño de al lado quisiera robármelas o el mismísimo sol se atreviera a derretirlas frente a mis ojos y no dejarme verlas jamás. La respiración de Susana se dejaba notar en el ambiente, parecía gustarle todo aquello, una de sus manos había conseguido librarse de mis ataduras y ahora vagaba ciega por aquella cama en busca de una almohada que le permitiese ahogar sus gemidos.
    
    Mi próxima parada era su coño, mi hermana lo tenía peludo, pero no lo suficiente como para que me diera asco, tenía el pelo justo como para poder saborear la esencia de su sexo y sentir el raspar de aquel vello entre mis labios, era la combinación perfecta.
    
    De siempre he sido una mujer a la que le ha gustado ir poco a poco; empezar dando unos besos alrededor de los muslos, estimular lentamente el clítoris e ir bajando hasta llegar a la vagina, pero esa noche fue todo lo contrario. Fue la adrenalina de tener el coño de mi hermana a 2 centímetros de mi cara lo que me hizo inyectar mi lengua en lo más profundo de su ser. La almohada que Susana había por fin encontrado permitió que ese signo de placer quedase entre ella y yo, haciéndolo todavía más especial. Mi lengua se iba revolviendo y perdiendo cada vez más y más sobre aquellos labios inferiores, al mismo tiempo que no apartaba ...
    ... la vista de mi hermana, viendo cómo se iba ahogando cada vez más y más, escondiendo de mí su cara de satisfacción, siendo al mismo tiempo delatada por los espasmos de su cuerpo.
    
    Con los ojos inyectados en sangre, llena de frenetismo, me coloqué encima de mi hermana y apartando la almohada de sus manos, agarré su cara con mis manos, y siendo consciente de nuestro contacto visual, coloqué mi vagina sobre la suya y comenzamos a crear ficción entre nosotras. Nuestros coños se iban humedeciendo por momentos, parecía que su sexo y el mío tenían cuentas pendientes desde años anteriores y esa noche se estaban rindiendo culto. De vez en cuando aprovechaba mis subidas de ira para asestar alguna bofetada que otra sobre la cara de mi hermana la cual me las devolvía con cachetadas en mi culo o arañándome la espalda.
    
    Hubo un momento en el que algo pasó por mi cabeza, y como era obvio no podía dejar escapar, así que terminando de frotarme sobre el coño de mi hermana al mismo tiempo que dibujaba una sonrisa de puta y pasaba mi lengua por entre mis dientes, avoqué mi cuerpo hacia la mesa que estaba pegada a mi cama.
    
    Buscando entre los cajones encontré lo que tanto ansiaba, así que apretando hasta el penúltimo agujero, ajuste el arnés a mi cintura. Aquel cinturón contaba con tres dildos, dos internos, es decir, uno para mi coño y otro para mi ano, mientras que el tercero que quedaba fuera, obviamente iba a ser para el coño de mi hermana.
    
    Así que poniéndola a cuatro patas, cogí con ...