1. La caída de Elena


    Fecha: 28/06/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... contarselo todo.
    
    Elena procedió a limpiarme la polla con su boca mientras yo fumaba un cigarrillo y tomaba una cerveza. Cuando terminó me dijo: Señor si te apetece orinar y te place yo puedo ser tu letrina.
    
    - Buena idea, tengo ganas.
    
    Ella se colocó de rodillas ante mi con la boca abierta y se bebió con una habilidad magistral mi caudaloso chorro.
    
    Me despedí de la pareja diciéndoles que había sido un placer y que, ya que sabía donde vivían volvería alguna que otra vez.
    
    - El Amo querrá conocerte en persona para ver si autoriza esas visitas, ya que el hecho de descubrir mi condición de esclava solamente da derecho a un uso sin autorización previa.
    
    - Está bien. Dale mi teléfono. Y se lo anoté en un papel.
    
    Días después recibí una llamada de Elena comunicándome que su amo quería conocerme en persona, pero que antes quería que yo presenciase un espectáculo de la humillación de ella ante mi persona en castigo por estar enamorada. Ningún castigo mejor para una esclava que humillarla ante el hombre amado.
    
    Me dijo que pasaría a recogerme a determinada hora para acudir al lugar donde se celebraría. También me dijo que no sabía en que consistiría la humillación, pero que había sido cedida durante dos horas a un amigo de su Amo.
    
    A la hora prevista me recogió en el coche que conducía su marido, ella vestida con el mismo abrigo hasta el cuello que el día que la descubrí. Imaginé que iba desnuda. Llegamos a una casa señorial en las afueras de la ciudad y nos abrió ...
    ... una jovencita criada que no llevaba puesto más que un minúsculo delantal y unas medias blancas con ligas al muslo. Nos condujo a Elena y a mi a un gran salón y nos pidió nuestros abrigos, mientras su marido se quedaba en el coche. Efectivamente, Elena estaba desnuda salvo que esta vez llevaba unas medias negras de rejilla con ligas también ceñidas a los muslos que resaltaban deliciosamente la forma de sus firmes y potentes piernas y muslos apoyados por unos zapatos de tacón de aguja. Ya no llevaba la cadenita cerrando su vagina, por lo que se supone que era utilizable por allí de nuevo.
    
    La criada enganchó una cadena al anillo del clítoris de Elena y tirando de ella nos condujo a otra amplia sala casi vacía donde solamente había en el centro un bajo caballete acolchado y forrado de cuero y, a su lado una mesa larga de madera con el tablero también forrado de cuero, unos sofás alrededor completaban el mobiliario. La criada nos dijo que esperásemos y dejó caer la cadena, el peso del tramo hasta el suelo estiraba dolorosamente el clítoris de Elena aunque ella no mostraba ninguna señal.
    
    La semidesnuda y apetitosa criadita regresó conduciendo una silla de ruedas en la que venía sentado un viejo octogenario que me invitó a sentarme en uno de los sofás y procedió a examinar y palpar todo el cuerpo de la esclava Elena. Tiraba de las cadenas de los pezones y del clítoris, se los retorcía y apretaba fuertemente, amasaba sus tetas y le introducía dedos por la vagina y el ano. Por el ...
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