Amores de Juventud
Fecha: 01/07/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... servicios.
– Lorenzo, no he podido evitar oír lo que hablabais y… No me dejó terminar.
– ¡No se lo iras a decir a nadie! Me dijo asustado.
– ¡No… no! Solo quería proponerte algo… Callé esperando su reacción.
– Bueno… Tú dirás…
– Pues… Verás… Yo tengo un niño para vosotros… Me miró con la cara desencajada.
– ¡¿Tú vendes niños?! Su cara de sorpresa me hizo sonreír.
– No hombre no… no me malinterpretes. No vendo… Regalo niños… Veras, hay una mujer que acaba de quedarse embarazada y no puede criar al niño. Lo que te propongo es que tu mujer simule un embarazo y cuando esta mujer vaya a tenerlo, tu mujer hará como si lo tuviera ella. Lo inscribís a vuestro nombre y nadie tiene que saber nada más. ¿Qué te parece?
– ¿Cuánto nos va a costar el niño? Di la verdad Manolo…
– Te he dicho que nada. Bueno, los gastos que pueda generar si hay complicaciones y los gastos de parto… Nada más…
Nuestra conversación se vio interrumpida por la presencia de Laura que nos miraba con curiosidad. De nuevo en el taxi Lorenzo empezó a comentarle a Laura sobre la posibilidad de hacer algo para conseguir un niño. Al principio Laura estaba algo reacia. Pero poco a poco fue aceptando la propuesta hasta que por fin su marido le explicó todo lo que habíamos hablado.
– ¿Puedo saber quién es la madre? Me preguntó Laura desconfiada.
– Laura, lo que os voy a decir no debe saberlo nadie, tanto si aceptáis como si rechazáis lo que le propuse a Lorenzo.
– De acuerdo, entiendo ...
... que es algo que te toca muy de cerca… La intuición de Laura me sorprendió.
– Si, muy… demasiado cerca. Lo que sea es… hijo mío y de… Lidia… ¿Lo entiendes ahora?
– Lo imaginaba… Y qué pasa si dentro de unos años quieres recuperar a tu hijo… O Lidia… Laura dudaba.
– Laura, la criatura va a estar registrada a vuestro nombre. Legalmente será vuestra. Y ni a Lidia ni a mí nos interesa que esto salga a la luz… Ni ahora, ni dentro de veinte años. Ya sabéis que el marido de Lidia tiene muy malas pulgas. Además, si confío en vosotros es porque os conozco de toda la vida, sois buena gente, solo pido que me permitáis ver a mi hijo y sé que no me apartareis él. Seremos los padrinos. Seré vuestro compadre, como su tío… Y Lidia como su tía… ¿Estáis de acuerdo? Callé esperando su respuesta.
Tenía mis razones para hablarles claramente. De todos modos la panza de Lidia sería difícil de ocultar. A no ser que, como en este caso, contara con la ayuda y complicidad de estos compadres.
– ¿Podemos pensarlo? Dijo Laura con cara pensativa, que yo observaba a través del retrovisor interno. – Mañana nos vemos en mi casa y te diremos lo que hemos decidido.
– Por mí de acuerdo. Mañana paso por vuestra casa… ¿A qué hora? Pregunté.
– A las seis de la tarde ¿Te viene bien? Propone Laura.
– Bueno… Ya sabéis como es mi trabajo… de todos modos en principio sí, en caso de no poder me paso un momento y os digo cuando ¿De acuerdo?…
Llegábamos a su casa. Bajaron de coche, Laura me miró de ...