Los viejos se cogieron a mi esposa
Fecha: 02/07/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JorgePietro, Fuente: CuentoRelatos
... escuchado de Carlos la había perturbado. Al sentarse se veía muy ruborizada, el solero marcaba lo duro que se le habían puesto los pezones. Sin dudas estaba muy excitada. Tomo una copa de vino y bebió un trago.
- Permiso, le quedo una gota de vino en los labios, dijo Ricardo
Acerco el dedo pulgar de su mano derecha a su boca. Recorrió con mucha suavidad sus labios dos o tres veces para luego ejercer un poco de presión para abrirse lugar y entrar en su boca. No tuvo que esforzarse demasiado, al instante el dedo entro y salió de la boca de mi esposa unas tres o cuatro veces, ella lo chupo con gusto. Entre el color del sol y la calentura que tenía su cara se había puesto roja como un tomate. Ricardo saco su dedo.
- Pietro, acompañe a su esposa al balcón a que tome un poco de aire, está muy acalorada, me pidió.
La tome de la mano y la saque al balcón bajo la sigilosa mirada de los viejos, la acerque a la baranda dándole la espalda a nuestros invitados. Yo me puse al lado. Baje una mano disimuladamente y la toque por adelante, estaba toda mojada. Ella me miro y emitió un pequeño gemido. Tomé con las dos manos la parte de la pollera del vestido y comencé a subirla. Ella me freno con sus manos y volvió a mirarme, no dijo nada, su mirada reflejaba deseo, pero a la vez vergüenza.
- Lo que tengas ganas de hacer para mi está bien, le dije para tranquilizarla.
Volvió a mirar al frente y luego de unos segundos aflojo las fuerzas de sus manos. Levante su pollera ...
... lentamente hasta dejar su cola totalmente descubierta. Le pedí que sostuviese el vestido para que no se volviera a bajar, ella agarro la tela con una mano. La besé suavemente en la mejilla y volví hacia donde estaban los viejos. En camino me cruce con Ricardo que iba en dirección a Ana.
- Ya vuelvo Pietro, voy a hacerle compañía a su esposa, dijo sin mirarme.
Llegue a mi silla y me acomode a disfrutar la escena. Carlos no se había movido de su lugar y no le sacaba los ojos de encima al culo de mi mujer. No era para menos, esa cola desnuda rosadita por el sol y con la marca blanca del traje de baño se veía tremenda. Ana se tocaba muy sutilmente.
Ricardo se ubicó a unos pasos de ella y fijo uno segundo la vista en su cola, luego se acercó un poco más, se puso a su lado y la miro a la cara fijamente. Ana seguía mirando al frente.
- ¿Le arde acá?, le pregunto a la vez que apoyo la mano completa sobre su apetitoso culo y lo acaricio suavemente.
No respondió nada, apenas sintió el roce, arqueo la espalda, tiro su cabeza para atrás y gimió, demostrando cuanto lo estaba deseando. Carlos miraba la escena en silencio y tocándose por arriba del pantalón, yo estaba que explotaba.
- Le puedo preguntar qué le dijo al oído, rompí el silencio.
- Claro Pietro, le dije que a mí no me engañaba, que se hacia la señora fina, pero que era terrible putita, me respondió Carlos sonriendo.
- Y por lo que se ve, parece que no me equivoque, continuó.
No dije nada, solo me concentré en ...