Confinamiento con mamá
Fecha: 03/07/2023,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... con mi madre de protagonista.
Así que con el paso de las semanas en confinamiento, mi rutina se empezó a convertir en no perder detalle de mi madre cuando cocinaba, limpiaba, atento a cuando se agachaba y podía ver algo más de la cuenta, o se subía en una silla para coger algo del armario y podía disfrutar de unas vistas fabulosas, siempre con mucha discreción y cautela. Luego, en la hora de la siesta, la observaba dormir en el sofá, semidesnuda. A veces me acercaba a ella y podía notar su calor y miraba todo lo cerca que podía su fina piel. Ponía mi mano cerca de sus muslos y de su culo y me excitaba muchísimo. Ella dormía. Luego, me iba al cuarto, dejaba la puerta abierta, con la esperanza de que ella viniera, y me tumbaba en la cama a hacerme una paja. He de reconocer que fueron las mejores pajas de mi vida.
Una tarde, yo estaba leyendo en el salón y mi madre había estado pasando el aspirador por toda la casa. Ni que decir tiene que no avancé ni una sola página del libro que estaba leyendo. Era imposible concentrarse, y no por el ruido del aspirador, eso era lo de menos, sino porque ver pasar a mi madre en bragas y con una camiseta bastante corta y sin sujetador agachándose por los rincones a la caza de las pelusas de la casa, era bastante más motivante que seguir con la novela que tenía entre manos, que no estaba mal. Se me había puesto la polla dura como el acero. Con el libro intentaba ocultar la erección ya que era más que evidente. Al terminar de pasar el ...
... aspirador, mi madre se fue a dar una ducha. Empecé a oir el grifo del baño y no pude evitar imaginar a mi madre desnuda bajo el agua tibia acariciándose el cuerpo con sus manos enjabonadas. Se me pasó por la cabeza una locura y cuando me di cuenta, ya estaba caminando hacia el baño. Vi la puerta entreabierta, me asomé con muchísimo cuidado y a través del espejo pude ver exactamente lo que había imaginado. Mi madre estaba enjabonando su cuerpo de manera deliciosa. Seguramente no era la primera vez que veía a mi madre así desnuda, pero sí era la primera vez que estaba viendo a mi madre desnuda al mismo tiempo que tenía la polla tiesa entre mis manos. Me meneaba la polla suavemente, saboreando cada pasada, mientras disfrutaba del espectáculo. Estaba tranquilo porque pude ver a través del espejo que mi madre tenía los ojos cerrados, seguramente para evitar que le entrase jabón, y me decidí a acercarme más para verla directamente, sin necesidad de espejo. Abrí la puerta un poco más y me asomé con mucho cuidado agarrado a mi pene erecto. Y ahí estaba yo, pajeándome mientras observaba el maravilloso cuerpo de mi madre cubierto de espuma y ambos, ella y yo, compartiendo el vapor de agua que inundaba la estancia. Me la meneaba cada vez con más ímpetu y me entraban unas ganas enormes de meterme en la ducha con mi madre y decirle que acabara ella de pajearme con sus tetas. ¿Cómo reaccionaría? Pensé que era una locura, aquello no podía ser. Un pequeño hilo de cordura salvó la situación. Me ...