1. Confinamiento con mamá


    Fecha: 03/07/2023, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sandwich y una ensalada y viendo la tele, en silencio, pensativos, inmersos en nosotros mismos, como percibiendo que algo raro estaba pasando. Apenas hablamos y lo poco que hablamos fueron cosas banales, intranscendentes, algún comentario tonto sobre el insulso programa que estaban emitiendo a esa hora en la televisión. Tras la cena, mi madre dijo que se encontraba cansada y se iba a la cama. Me dio un beso de buenas noches y se fue a su habitación. Yo me quedé un rato más viendo la tele, aunque más bien lo que hacía era darle vueltas a la cabeza y a todo lo que había pasado estos últimos días. Me excitaba muchísimo recordar todo lo ocurrido y a la vez me sentía mal por tener esos pensamientos de mi madre, el fantasear con ella, imaginar que me la follaba, que me cabalgaba como loca y me ofrecía sus tetas para correrme sobre ellas. Aquello no estaba bien, pero no lo podía remediar y me ponía muy caliente con mis pensamientos. Intenté hacer un esfuerzo por sacar todas esas locuras de mi cabeza y me fui a la cama. Vi luz en la habitación de mi madre a través de la puerta entreabierta. Pasé de largo y entré en mi cuarto, cerré la puerta y me metí en la cama. Durante casi dos horas di vueltas y más vueltas intentando conciliar el sueño, pero era imposible. No podía sacar esos sucios y a la vez excitantes pensamientos de mi cabeza. Todo lo que pasaba por mi mente se traducía en continuas erecciones de mi pene, pero había tomado la decisión de abandonar esas ideas para siempre y ...
    ... tenía que ser fuerte. Eran las tres de la mañana y estaba totalmente desvelado. Me levanté y fui al baño. Me costó bastante poder orinar ya que tenía una erección como un caballo, pero finalmente lo conseguí, aunque la erección volvió tras la micción. Al salir del cuarto de baño, me fijé que en la habitación de mi madre seguía habiendo luz. Me acerqué sigilosamente y pude ver que estaba recostada en la cama con la mirada y la mente perdidas sin poder conciliar el sueño. Volví sin hacer ruido a mi cuarto. Esta vez dejé la puerta entornada y me senté en la silla de mi escritorio, justo enfrente de la puerta. “Ésta será la última vez”, me dije, y me saque la polla y comencé a acariciármela muy despacio. Iba a ser la última paja que me hiciera pensando en mi madre, aquello tenía que acabar. Estaba totalmente desnudo sentado en la silla. La puerta entreabierta, como siempre, fantaseando con que viniera mi madre y me pillara pajeándome. Me la meneaba muy despacio, disfrutando de esta última masturbación incestuosa. De pronto, la sombra. Unos segundos eternos permaneció detrás de la puerta esa sombra. Yo no paré de meneármela. Entonces la puerta se abrió despacio y mi madre, esa mujer de 55 años que me dio la vida, apareció en la penumbra del pasillo y poco a poco entró en mi cuarto. Llevaba puesta una fina y corta bata de seda atada a la cintura con un pequeño cordón. Descalza, silenciosa, enormemente bella. Se acercó a mí sin decir nada. Cuando estuvo justo enfrente se desató la ...
«1...3456»