1. La cabaña


    Fecha: 07/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Anabel miró para Rosa y vio que la colcha se movía a la altura del chocho. Giró la cabeza y vio que la colcha de Anabel tambien se estaba moviendo. Las hermanastras se estaban masturbando. Unos cinco minutos más tarde ya oía los roces de los dedos contra los chochos, algún que otro gemido y la cama moverse ligeramente. Aquella situación excitó tanto a Lara que lentamente metió la mano dentro del pantalón del pijama. Se encontró con el chocho mojado. Abrió las piernas y comenzó a masturbarse. Rosa oyó el roce de los dedos de Lara en el coño encharcado.
    
    -¿Te estás masturbando, Lara?
    
    -No, bueno si, un poquito. Es que al sentir como os masturbabais me puse muy caliente.
    
    Rosa, se giro hacia Lara. Le metió una mano debajo de la chaqueta del pijama y le magreó las tetas, Lara giró la cara y se besaron. Anabel sintió a su hermana besando a Lara y encendió la luz. Lara giró la cabeza para el otro lado y se besó con Anabel. Se juntaron las tres lenguas en la boca de Lara, que se seguía masturbando. Se besaron las hermanastras...
    
    Anabel destapó a Lara. Rosa le quitó la chaqueta del pijama, Anabel le quitó el pantalón. ¡Que delicia de mujer. Tenía las tetas como pequeñas pirámides acabadas en abultadas areolas y pequeños pezones. Su cintura era de avispa y sus caderas anchas. El chocho lo tenía peludo, más al ser rubio no destacaba. Era la mujer 10. La volvieron a besar, primero Rosa y después Anabel. Le mamaron y magrearon una teta cada una. Anabel, le metió dos dedos en el ...
    ... chocho y Rosa le acarició el clítoris. Lara se iba a correr sin poder evitarlo, y se lo dijo a las hermanastras.
    
    -Si seguís me corro.
    
    Anabel se metió entre sus piernas y le hizo lo mismo que le hiciera Lisa, lamer de abajo arriba cada vez más aprisa, sólo que levantando sus caderas con las manos y sin usar los dedos para nada.
    
    -¡Ay que me corro!
    
    Anabel aceleró aún más los movimientos de lengua. Un grito salió de la garganta de Lara:
    
    -¡Me corro!
    
    Rosa, acariciando sus tetas y besándola, vio como se le entornaban los ojos, como se le cerraban de golpe y como sacudiéndose y gimiendo se corría en la boca de su hermanastra.
    
    Anabel, al acabar con Lara, caliente como una perra, le agarró los pantalones del pijama a su hermana. Rosa, los sujetó para que no se los quitase.
    
    -¡No, Anabel! Hagámoslo cómo siempre.
    
    A Anabel le quedara la boca dulce. Se metió entre sus piernas y lamió el chocho de su hermanastra por encima del pijama, al que ya traspasaran los jugos de su chocho mojado. Rosa se resistía.
    
    -¡Déjame, Anabel, déjame!
    
    Dijo que la dejara pero soltó los pantalones. Anabel se los quitó y vio su coño peludo y sus muslos mojados de flujo.
    
    -Estás empapada.
    
    -Quita.
    
    Le abrió el chocho con dos dedos, vio sus labios sonrosados. Unos hilillos de flujo blanquecino iban de un labio al otro. Los lamió.
    
    -Guarra.
    
    Le lamió el chocho y el clítoris.
    
    -Cochina.
    
    Le cogió las nalgas, las levantó y se le lamió el chocho y el clítoris muy despacito. ...