1. La cabaña


    Fecha: 07/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Rosa ya se entregó.
    
    -Me gusta, no pares.
    
    -¿Ahora quien es la cochina?
    
    Rosa, echando la pelvis hacia arriba, le dijo:
    
    -Un ángel, lo que eres es un ¡aaaaaaa! Un ángel. Sigue.
    
    Anabel siguió lamiendo despacito.
    
    -¡Más rápido, campeona, más rápido!
    
    Anabel no le hizo caso. Siguió con su lentitud.
    
    -¡Me estás matando!
    
    Lara, que ya se había recuperado, se echó al lado de Rosa, la besó, y le magreó las tetas. Poco después, Rosa, decía:
    
    -Joder, joder, joder. ¡Que corrida voy a echar!
    
    Ahora sí, ahora Anabel lamió con rápidos movimientos de lengua el coño encharcado. Rosa, exclamó:
    
    -Me corro, Anabel, me corro!
    
    Se corrió como una fuente. Dejó la cara de su hermanastra perdida de jugos.
    
    Con su hermana espatarrada y Lara, sonriendo, se echó boca arriba en medio de las dos, y les dijo:
    
    -Podéis hacer conmigo lo que queráis.
    
    Lara miró para Anabel. Vio un caramelito. Anabel tenía una media melena rubia y rizada, ojos verdes, tetas grandes, redondas, con pezones mirando hacia arriba, cinturita y culo redondito y duro. Su chocho tenía una raja pequeñita, Anabel, era un cuadro de su hermanastra, aunque no fueran hijas de la misma madre, con la única salvedad de que su hermana era morena.
    
    Lara le lamió a Anabel los jugos de Rosa de la cara y después se besaron. Acto seguido, Lara, le lamió, chupó y magreó las tetas. Siguió besando y lamiendo su ombligo, luego le dio media docena de lamidas en el chocho. Se dio la vuelta, y haciendo un 69 le puso el ...
    ... suyp en la boca y comenzó a lamer el de Anabel.
    
    Anabel ya estaba muy madura y no iba a tardar en correrse. Sentía tanto placer que a duras penas podía lamer el chocho de Lara. Todo se le iba en gemir. Lara se volvió a dar la vuelta, a cuatro patas, le lamió de nuevo el chocho a Anabel. Rosa, también a cuatro patas, le lamió el ojete a Lara. A Lara le encantó.
    
    -¡Ooooooooooh! Aún me voy a correr yo antes que tu hermana.
    
    Anabel, sin que Lara le lamiese el chocho, se empezó a correr. Le cogió la cabeza a Lara, se la llevó al chocho. Lara enterró su lengua en él, y Anabel le llenó la boca de jugos mientras se retorcía de placer.
    
    En el umbral de la puerta, vestida con un traje gris y con una pamela del mismo color en la cabeza, estaba Alba, la madre de Anabel, que había adelantado su llegada a la cabaña.
    
    Alba llevaba un par de minutos viendo lo que hacían. No quiso que su hija quedase a medias, supongo que porque era mujer y sabía lo que eso suponía. Esto hizo que, sin querer, mojara las bragas. Tan pronto como Anabel se corrió, dijo:
    
    -¡Qué diablos está pasando aquí!
    
    Rosa y Lara, asustadas, salieron de la cama. De pie, miraban con sorpresa a Alba. Rosa, alcanzó a decir:
    
    -Estábamos jugando.
    
    Alba, en medio de la habitación, miró para su hija, que seguía corriéndose. Vio como de su chocho abierto salía un reguerito de jugo. Luego vio aquellos cuerpos perfectos, y con el chocho y el culo andándole para dentro y para fuera, dijo:
    
    -Sí, a ser guarras. ¡Cada ...