La cabaña
Fecha: 07/07/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... una a su habitación!
Rosa, sin taparse, le dijo:
-Esta es mi habitación.
Anabel volvió en sí, y al ver a su madre, se tapó con una sábana. Alba, le dijo:
-¡A tu cuarto, Anabel
Las tres muchachas se pusieron los pijamas. Alba se fue cuando se había ido su hija y Lara. pero antes de marchar, le dijo a Rosa:
-Mañana, cuando llegue tu padre, le voy a contar lo que he visto, guarra. Has pervertido a mi hija. ¿No te llegan los chicos?
Rosa, viéndose perdida, le respondió:
-La carne es débil. ¿Nunca has tenido la tentación de hacerlo con otra mujer?
-¡¿Yo?! ¡¡Nunca!!
-Y si tú, yo y Lara... Ya sabes...
-¡Que soy tu madre, perdida!
-No, no lo eres.
-De la proposición indecente que me acabas de hacer también le voy a hablar a tu padre.
Rosa, resignada, le dijo:
-Tenía que intentarlo.
Lo había intentado y no sabía el daño que había hecho.
Alba, que era una mujer de 36 años, alta, delgada, de ojos verdes, con buenas tetas y buen culo, al llegar a su habitación se desnudó, y desnuda se metió bajo las sábanas y apagó la luz. A su cabeza vinieron las imágenes de los cuerpos de Rosa y Lara y la del chocho de su hija corriéndose. Una mano bajó a su sexo mojado, lo tocó y después la volvió a posarse sobre su vientre. Comenzó a hablar sola.
-No, Alba, no ...
... hagas eso. Tú no eres así. A ti no te gustan las mujeres. ¡Joder, que caliente estoy! Que leches... un día es un día.
A su mente vinieron las palabras de Rosa: "Y si tú, yo y Lara... Ya sabes..." La volvió a ver desnuda ¡Que polvazo tenía! La mano derecha volvió a bajar hasta el chocho. Dos dedos entraron en él y volvieron a salir para subir a su boca. Alba saboreó sus flujos. Los dedos volvieron al chocho y entraron y salieron acariciando su punto G y el clítoris. La imaginación de Alba, voló. Rosa le comía la boca, Lara las tetas y su hija se masturbaba mirando como se masturbaba ella. Rosa le ponía el chocho en la boca y se lo comía. luego era Lara la que se lo ponía y también se lo comía. Se peleaban por darle sus coños a comer. Después se masturbaban a ambos lados de su cabeza y le daban los dedos mojados de jugo a chupar. -eran los suyos que los llevaba a la boca- Acabaron corriéndose las dos en su boca y se la llenaron de flujos. Su hija también se corría. Vio su coño abierto, chorreando y, y se lo lamió.
Comenzó a correrse con una fuerza brutal, De su chocho salía jugo a borbotones. El placer hizo que acabara de correrse en posición fetal
Al acabar de correrse, llevó los dos dedos a la boca, volvió a saborear su jugo, y acomodándose para dormir, dijo:
-Un día es un día.