1. Manchada por placer


    Fecha: 09/07/2023, Categorías: Hetero Autor: NoeliaMedina, Fuente: CuentoRelatos

    ... estado constante de excitación donde su polla estaba deseosa de penetrar su coño.
    
    Y empezó a besar sus pechos. Primero el que estaba libre y, tras desnudar el otro, también. Mientras lamía uno, acariciaba al gemelo.
    
    La lengua era una fuente de placer para ella y se lo hacía saber respondiendo con pequeños gemidos.
    
    El contacto de la lengua con la zona del pezón, grande y rosado, le proporcionaba un tacto agradable que lo hacía querer más. Se explayó en tal menester mientras rozaba de manera no casual su polla con el sexo de Valeria.
    
    La muchacha alzó la cadera, buscando la penetración. Pablo abandonó sus pechos, desamparándola, y subió hasta su boca. Era el momento de besarla. Mordió sus labios y sumergió la lengua. Buscó la de Valeria que, juguetona, lo lamió con intención.
    
    Joder, cómo la deseaba.
    
    Cómo le ponía.
    
    Qué caliente estaba.
    
    ¿Qué le pasaba con aquella desconocida? No lo sabía, pero lo descubriría pronto.
    
    Se agachó para hacerse con el plastiquito guardado en el bolsillo del pantalón y con rapidez lo abrió y se colocó el preservativo.
    
    Sus ojos se encontraron y Pablo se enterró poco a poco, notando la humedad y tragándose los deliciosos gemidos femeninos que morían en su boca.
    
    Ella lo buscó con desespero, enroscando las piernas en su cintura, y él se apartó para dejarla con las ganas.
    
    Valeria arrugó el entrecejo e hizo un puchero. Después endureció la mirada.
    
    —Fóllame —le exigió.
    
    —Eso quería —dijo Pablo, y la penetró de una ...
    ... sola estocada que la atravesó de manera deliciosa—, que me lo pidieras.
    
    Valeria estaba tan mojada, que esa primera embestida fluyó con total delicadeza; eso y la fuerza que Pablo había ejercido sobre su coño.
    
    Aun así, la cogió por sorpresa y la hizo inspirar más fuerte de lo normal mientras apretaba los dientes, generando así un sonido altamente sexual, provocado por el momento de coger aire para respirar, sumado a la inesperada pero deseada penetración.
    
    La mantuvo dentro y la miró. A los ojos. Ella hizo lo mismo y ambas miradas se fundieron.
    
    —Acabas de hacerme el mejor regalo que podía tener esta Nochevieja —dijo mientras apretaba las nalgas de él para presionar todavía más. Los dos sexos juntos en perfecta armonía—. Creía que por culpa del cabrón que me ha plantado esta noche, iba a quedarme sola. Toda mi gente se ha ido de vacaciones y yo deseché la idea por vivir una fantasía que finalmente tú me has regalado.
    
    —Pues…
    
    —No hables, ya lo sabes —le cortó, sonriendo, y seguidamente le mordió el labio.
    
    Le causó dolor ese mordisco, un dolor placentero que consiguió, si cabía, ponerlo más cachondo, y al pasar su mano por la zona enrojecida a cusa de los dientes de Valeria para averiguar si le había causado alguna herida, y relamerse el labio, volvió a mirarla con fijeza.
    
    Levantó las nalgas lo suficiente para lograr su objetivo y deslizó con suavidad su polla húmeda y venosa hacia la salida de ese lugar que tanto rato llevaba deseando traspasar.
    
    Lo miró ...
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