1. Los ojos de mi vecina


    Fecha: 10/07/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    ... pie frente al sanitario, masturbándose…
    
    - Qué barbaridad, no lo puedo creer. – le interrumpí pero inmediatamente me di cuenta que aún no terminaba la historia. Le dejé continuar.
    
    - Y tenía unas braguitas mías en su rostro mientras se masturbaba con los ojos cerrados. Había hurgado en el cesto de ropa sucia y se estaba excitando con el olor de mi ropa interior. “¿Qué diablos crees que estás haciendo?” le grité muy molesta.
    
    - ¿Y él qué hizo?
    
    - Abrió sus ojos espantado y volteó a verme justo en el momento en que empezó a eyacular. Cuando se giró, en vez de que su corrida cayera en el sanitario, se esparció por el espejo, por el lavabo y aún unas gotas cayeron en mi cara. Me acuerdo y me da un asco, todavía a veces siento la mejilla mojada…
    
    - Lo siento. – Dije sin poder dejar de sonreír internamente ante la imagen que se mostraba en mi mente. Tuve el buen tino de no dejar que esa sonrisa se manifestara en mi rostro y puse la cara compungida más creíble que pude encontrar en mi repertorio. Con eso fue suficiente para no regalarla.
    
    - El señor se disculpó tratando de darme mis bragas de vuelta y yo le dije que saliera inmediatamente de mi casa. Apenas se subió los pantalones y salió como exhalación secándose las manos contra el pantalón. Me quedé rabiando mientras trataba de limpiar el lavabo y el espejo ...
    ... antes de que llegara mi marido…
    
    - ¿Quieres decir que él no sabe nada de esto? – Pregunté
    
    - No, no lo sabe, solo el plomero, que por supuesto jamás regresó, yo, y ahora tú. Así que cuento con tu discreción. Mi esposo es muy celoso y a veces no reacciona bien ante estas situaciones.
    
    - Pierde cuidado, será nuestro secreto. – Dije guiñándole un ojo.
    
    - Gracias Rubén. Gracias por todo. – Me dijo tomando mi mano con un gesto de gratitud sincera. Recordé que esa misma mano estaba acariciando sus senos antes de que llegara el joven plomero y me estremecí por dentro. Siempre he tenido debilidad por las mujeres casadas, pero eso es tema para otra historia.
    
    - No tienes nada qué agradecer, Ana. Ha sido un placer hacerte compañía en lo que termina el trabajo…
    
    Como si lo hubiéramos conjurado, el plomero se acercó a nosotros y le comunicó que ya había quedado reparada la tubería. Volteó a verme para decirme el costo de la reparación pero ella tomó el mando del asunto. Cuando nos quedamos solos de nueva cuenta, el momento de magia había desaparecido y sólo me quedó despedirme de ella de la manera más efusiva que pude, reiterándole que podía contar conmigo para cualquier otra crisis que se pudiera presentar.
    
    No me imaginé que esa oportunidad se volvería a presentar cinco días después.
    
    Dark Knight
    
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