1. El Asesino


    Fecha: 12/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nosotros para seguir follándolas hasta que nos cansemos. Después las enviaremos al campo de concentración, con las demás.
    
    Se vistieron, sin dejar que la pequeña parase de mamármela, desataron a mi madre y a mi hermana mayor, volviendo a atarlas desnudas como estaban y las sacaron casi arrastras entre dos de ellos.
    
    El jefe echó una mirada de desprecio a los que quedábamos y siguió a sus hombres. El siguiente, antes de salir dijo con desprecio:
    
    -Vaya mierda de cría. No vale ni para puta.
    
    Y seguidamente le disparó un tiro a la cabeza que me salpicó con sangre y sesos, marchándose de inmediato, seguido por el que quedaba, que, al llegar a la puerta, se giró e hizo dos rápidos disparos. Uno dio en la cabeza de mi padre y el otro en uno de los altos postes de mi silla, junto a mi cabeza, arrojándome al suelo.
    
    El miliciano no se preocupó de comprobar las muertes y se fue. Varias horas después, algún vecino se atrevió a entrar y me encontraron en el suelo, con el pene fuera y todavía erecto.
    
    Me atendieron en una casa durante unos días, pero la comida escaseaba y me tuve que marchar y buscarme la vida. Me dediqué robar lo que pude para poder comer. Esperaba a las puertas de las cocinas de los cuarteles, junto con otros niños, a que tirasen las peladuras de patatas y otras cosas para abalanzarme sobre ellas y poder meter algo al estómago. Eso originaba peleas entre nosotros, de las que pronto empecé a salir victorioso y a quedarme con los mejores trozos.
    
    Dos ...
    ... años después conseguí colarme en un cuartel y que me utilizasen para llevar los encargos. Eso me garantizó dos comidas diarias y un rincón en un pajar, donde dormir a cubierto y caliente.
    
    A los catorce, un soldado con el que pasaba mucho tiempo me preguntó si cuando me corría ya soltaba leche. Yo, que cuando me masturbaba y me corría, me salía un líquido como blanquecino, le dije que sí, y éste me llevó a un campo de concentración donde llevaban a las mujeres musulmanas para violarlas una y otra vez hasta que quedaban embarazadas.
    
    Durante el camino, que no fue muy largo, en mi mente aparecieron las escenas de mi hermana chupándomela y las que me había imaginado durante las muchas pajas que, recordando aquello, me había hecho a lo largo de esos años.
    
    Elegí a la más joven que vi y me metí en la misma habitación con el soldado. Quise que me la chupase, pero el soldado me dijo que no, que tenía que follármela y correrme dentro. Yo lo hice, pero entre que no era lo que quería y la nula colaboración de la muchacha, que llevaba ya una semana siendo violada varias veces cada día, según me dijeron después, cuando me corrí, obtuve menos placer que cuando me masturbaba.
    
    En días posteriores, fui solo varias veces y estuve con distintas mujeres, niñas, jóvenes o mayores, haciendo que me la chuparan hasta correrme, pero solo conseguí mejorar a medias los resultados que esperaba.
    
    Volví a mis recuerdos y pajas, dejando a un lado las experiencias que no me gratificaban como yo ...
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