1. El Asesino


    Fecha: 12/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quería.
    
    Estuve pidiendo durante mucho tiempo el incorporarme a las tropas, denegándomelo siempre, hasta que cumplí los diecisiete años, que fui admitido y ese mismo día participé en la primera salida para capturar mujeres musulmanas (Yo no había dicho de lo era, porque realmente, pasaba de cualquier religión)
    
    La casa a la que fuimos, estaba algo separada de un pueblo cercano. Llegamos por la noche y nos encontramos con un matrimonio y su hija de unos diez o doce años. Yo me pedí a la niña, pero mis compañeros me hicieron follar primero con la madre, porque la niña no era fértil y no la dejarían embarazada, y luego podía hacer lo que quisiera.
    
    Me follé a la madre en último lugar, corriéndome demasiado rápido y siendo abucheado por los compañeros. Mi erección no bajó casi nada, después de la corrida, y rápidamente fui a por la niña, que como era habitual, se encontraba atada a una silla, le puse la pistola en la sien y le dije:
    
    -Chúpamela. Si no consigues que me corra, pintaré la casa con tus sesos.
    
    Solamente con esa frase, ya volvió a alcanzar toda su dureza. La muchacha, desde su posición, se la metió en la boca y empezó a mover la cabeza para sacarla y meterla, sin ninguna experiencia pero con bastante intuición. Mientras, mis compañeros se fueron con la madre, diciéndome que les alcanzase al terminar.
    
    Dejé que ella siguiese con su mamada, hasta que la agarré del pelo y forcé sus movimientos. Estuve follándole la boca un buen rato, metiéndosela hasta el ...
    ... fondo, hasta que le daban arcadas, pues en aquellos años ya tenía una buena polla en longitud y diámetro, deteniéndome para no llegar demasiado rápido y volviendo a clavársela de nuevo.
    
    -Oooooohhh. Siiii, puta, qué buena boca tienes. Me voy a correr enseguida. Mmmmm..
    
    Cuando sentí que me corría, llevé la mano a la mandíbula de la niña para sujetarla, presionando sobre su mejilla e impedir que la cerrase, se la clavé hasta el fondo, llegando hasta su garganta y, cuando a ella le faltó aire y empezó a moverse, le disparé un tiro en el hueso occipital, al tiempo que soltaba los primeros lechazos, sintiendo un orgasmo intenso y largo.
    
    Cuando la solté, cayó al suelo, su cuerpo se convulsionaba. Le solté otro tiro en la cabeza, matándola al instante, ante los gritos de su padre que lo había visto todo. Me giré hacia él, desnudo y con la polla goteando todavía y le metí otro tiro en la cabeza. Luego me vestí y fui en busca de mis compañeros.
    
    Desde entonces iba a todas las redadas, descubriendo que me daba igual quién me la chupase, con tal de pegarle un tiro al correrme. Mi fama de asesino sin escrúpulos empezó a formase entonces, y su incremento tuvo que ver también con mi destino y el duro entrenamiento como francotirador por el que pasé para formar parte del grupo destinado a eliminaciones especiales y a disparar sobre cualquier militar o civil que se dejase ver.
    
    Precisamente, en uno de esos destinos, coincidió que aparecieron en mi punto de mira el oficial y los ...
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