1. El Ayudante (Cap. 6): Jugando con Irene


    Fecha: 14/07/2023, Categorías: Hetero Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos

    "No se vale." Irene enseñó su Tres de corazones, más bajo que el Rey de picas de su Ayudante.
    
    Y una sonrisa colmilluda se formó en el rostro del más alto. "Oh, al fin me toca ganar." Sin perder tiempo se levantó y acercó a ella nuevamente.
    
    "No se vale." Volvió a repetir lo mismo, haciendo puchero con sus labios, pero eso no la detuvo de igualmente levantarse con ayuda del contrario.
    
    "¿Qué será?" Pasó un brazo por la delgada cintura de la morocha, y la atrajo más hacia él, acto que logró sacarle un chillido de sorpresa a la Idol. "¿Blusa..." Coló su mano bajo la mencionada prenda, Acariciando la deliciosa espalda de la morocha, acariciando con sus dedos sobre los tirantes del sostén. "... O pantalón?"
    
    Afirmó sus pequeñas manos en los brazos desnudos de su Ayudante, intentando detenerlo, completamente en vano. No tenía la fuerza para eso. "Uh," Es decir, sólo hacía falta ver el pedazo de hombre que tenía en frente. Por donde lo vieras, era enorme. "Ehm," Tragó saliva, posando sus manos sobre esos firmes pectorales, sintiéndose con más calor que nunca. "¿Blusa?"
    
    "Perfecto." Entrecerró sus ojos, saboreando el momento. "Es una suerte que la blusa sea abotonada, ¿No?" Ya en confianza, a gusto, dejó sus dos manos sobre la cintura de la morocha, sosteniéndola firme para que no escapara.
    
    "Nh, supongo."
    
    "Así será más fácil quitarla." Muy a su pesar, retiró sus manos del delicioso tacto con la piel ajena, pero sólo de momento. La blusa en cuestión caía con un ...
    ... cuello en V, modesto, pero que dejaba a la vista ese cuello y hombros tan tentadores. Desabrochó el primer botón, con su mirada atenta a la piel que se iba revelando, y continuó, lentamente. Al ser una blusa que dejaba a la vista su ombligo, sólo tenía cuatro botones en total.
    
    "Bien." Cuando terminó de desabotonar, ella intentó separarse para quitarse la prenda por sí misma, pero una sola mirada del hombre frente a ella la detuvo. Su respiración se entrecortó por un segundo, pero no dijo nada. Tampoco se atrevió a moverse. Simplemente hizo caso a la silenciosa orden que le habían dado esos peligrosos ojos. No te muevas. Dios, ni siquiera sus padres, o sus jefes, la podían manejar así. Nadie la trataba así. Excepto él, al parecer.
    
    "Hmm," Con voz casi ronca, el Ayudante acomodó un poco la fina prenda, tirando por los bordes con sus manos, disfrutando de como la tela se apegaba a ese modesto pecho realzado por el estilizado brasier negro de media copa. "Que mujer más hermosa." Finalmente, lentamente, comenzó a deslizar la tela por los finos hombros de la belleza surcoreana, abriendo la blusa de par en par para revelar en su totalidad el abdomen y pecho de la Idol. "Debes estar cansada de escucharlo."
    
    "Uh, no me, hm, quejo," Tragó saliva, mirando a otro lado. Su corazón latía con fuerza, por la vergüenza del momento. Todo se sentía extraño. Íntimo. Caliente. "Es bueno para mi ego." Pero era sólo un juego. Sí, seguramente sólo era la bebida lo que los afectaba.
    
    "Claro." ...
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