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MI PRIMERA VEZ
Fecha: 17/07/2023, Categorías: Hetero Autor: ababol61, Fuente: RelatosEróticos
... me dijo, y me hizo tumbar completamente. Se puso encima de mí y comenzó a frotar su lubricado coño sobre mi pene en un vaivén placentero para ambos a juzgar por su sonrisa. Con un movimiento rápido introdujo mi polla en su vagina causándome un nuevo placer jamás antes experimentado. Intenté moverme pero ella me lo impidió con un suave gesto de su mano en mi pecho. "Yo lo haré todo... Te llevaré al paraíso..." Su voz era tan sensual que mi excitación crecía hasta niveles desconocidos. El ritmo que imponía a sus movimientos me provocaba espasmos que coincidían con los de su vagina aprisionando mi polla. No aguantaba más, y al anunciárselo aceleró su vaivén haciéndome estallar en un orgasmo inenarrable... Cientos de estrellas nublaban mis ojos mientras boqueaba buscando un poco de aire que diera vida a mis pulmones exhaustos... Edith no tenía consideración conmigo y seguía su frenética cabalgada en busca del orgasmo que la llevase a su propio paraíso... Las convulsiones de su cuerpo y las contracciones de su vagina anunciaron su placer final, cayendo desmadejada sobre mi pecho. Levantó el rostro y sonriendo me dio las gracias. Yo no lo entendía, pues quien tenía que estar agradecido era yo por esta increíble primera experiencia. Me agradecía, me dijo, porque desde que había empezado la huelga se sentía abandonada por su novio y nuestra relación de amistad había despertado en ella una nueva sensación de ternura que la había llevado a entregarse a mí de esta ...
... manera. Repetimos la experiencia unas veces más, haciéndome conocer la gloria del sexo en múltiples variaciones, pero la huelga terminó y su relación con Isidro siguió su extraño curso, hasta que una misteriosa enfermedad de hígado llevó a Edith al hospital. Cuando los médicos nos informaron de la posible gravedad de la enfermedad de Edith llamamos a su familia de Lyon para mantenerlos informados, y a los pocos días se presentaron en Zaragoza su hermana mayor y su mejor amiga y compañera de ballet a la que yo ya conocía de su estancia anterior. Pasaban la mayor parte del día acompañando a Edith mientras le hacían interminables pruebas, y las tardes y noches las aprovechaban para conocer la noche zaragozana en mi compañía. Lo cierto es que no sé lo que hablaban las chicas en el hospital, pero la tercera noche que pasaron en Zaragoza me vi sorprendido en la oscuridad de mi cuarto por unas manos que me taparon la boca y que rápidamente se dirigieron a unas zonas más íntimas que pronto se pusieron en estado de alerta. A ciegas no conseguía distinguir a mi pareja, pero los susurros y risas me hicieron descubrir que eran las dos francesitas las que jugaban conmigo. Yo no sabía si estaba más excitado o más temeroso por la situación, pues mi hermana y mi cuñado dormían dos habitaciones más allá y no quería ni imaginar lo que sucedería si nos descubrían. Las chicas no hablaban, sólo actuaban para llevarme a un grado de excitación inimaginable solo unos días antes. Las manos y las ...