1. MI PRIMERA VEZ


    Fecha: 17/07/2023, Categorías: Hetero Autor: ababol61, Fuente: RelatosEróticos

    ... bocas se turnaban en recorrer mi boca, mi cuerpo, mi sexo… mientras yo no daba abasto en tocar los dos cuerpos desnudos que no veía en la negrura de mi habitación. Mi polla era succionada ahora por una boca ahora por un coño sin solución de continuidad. No sé si las francesas disponían de visión nocturna, pero su sincronización era evidente, como una coreografía sexual ensayada con anterioridad.
    
    No tardé en correrme por primera vez en la boca de una de ellas –hoy día sigo sin saber en cuál-, pero mi polla seguía dura como un mástil y no tardó en ser absorbida de nuevo por los sexos ardientes de mis vecinas del norte. El duro ejercicio y el fuerte calor veraniego nos envolvían en un baño de sudor que las sábanas apenas empapaban. Jadeábamos calladamente por el temor a ser descubiertos por los demás habitantes de la casa, pero aun así de nuestras bocas escapaban ocasionales gritos y gemidos seguidos de risas que tratábamos de reprimir tapando nuestras bocas con lo que teníamos más a mano, ya fuera un coño, una buena polla o una lengua que se enzarzara en una lucha feroz con otra húmeda lengua.
    
    Los orgasmos de las chicas los notaba al sentir sus fluidos correr por mis piernas o al saborearlos en mi boca adolescente, y mi segunda corrida explotó en el caliente coño que en esos instantes me aprisionaba la verga.
    
    No abandonaron su faena y en la oscuridad se dedicaron a poner de nuevo mi polla en erección con manos y bocas, con éxito casi instantáneo, pues mi polla estuvo ...
    ... en disposición de taladrarlas una vez más con prontitud. Me cabalgaban, me situaban encima, debajo, delante, detrás… de alguna de ellas en todo momento. Sus pechos, sus coños, me eran ofrecidos para ser saboreados por mis labios de forma anónima, y un tercer orgasmo me llegó haciendo que mi cuerpo se desmadejara de forma definitiva en la cama empapada de sudor y fluidos que al día siguiente no sabría cómo justificar…
    
    Las risas de las chicas al abandonar la habitación me despertaron
    
    momentáneamente, pero caí enseguida en un sopor intermitente en el que revivía los momentos vividos las horas anteriores y que me mantenían en un estado de excitación permanente que no me abandonó ni en el momento de tener que levantarme para ir al trabajo. Tuve que hacerme una tremenda paja para poder salir de casa sin que mi polla delatase mi excitación.
    
    Al volver a casa del trabajo me esperaba la peor noticia de mi vida: Edith había fallecido unas horas antes y tanto la hermana como la amiga de Edith estaban destrozadas, envueltas en un llanto inacabable, desconsoladas por no haber podido despedirse de ella. Se lamentaban por haber pasado la noche conmigo y no con ella, y yo no podía dejar de llorar por la misma razón, además de que me sentía tan unido a Edith que me creía culpable de su muerte. Nunca en mi vida me había sentido peor. No era mi primer contacto con la muerte de personas cercanas, pero sí era la primera vez que la sentía tan próxima a mí.
    
    Pasaron unos días hasta que se ...