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Ella: El viaje y el calentón
Fecha: 23/07/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
“Bueno pues con estas refrescantes imágenes nos despedimos. Que pasen unas felices vacaciones.” Así despidió el informativo de mediodía y daba comienzo a sus vacaciones. Las primeras que iba a pasar sola después de quince años casada con Pedro. En ese tiempo habían formado la pareja perfecta a los ojos de todos. Él, un conocido arquitecto y ella, una reputada profesional de la información. Pero a finales de año lo habían dejado. Ahora Pedro estaba saliendo con una compañera de trabajo que estaba como un tren. Ella, en cambio, estaba sola. Es más, llevaba más de un año sin “catar” nada. La cosa había empezado a torcerse cuando el paso del tiempo había instalado a la pareja en una rutina cómoda. Había desaparecido el ardor pasional a favor del confortable calor de domingos por la tarde en el sofá. Así llegó un momento en que ella se comenzó a aburrir y los planes de vida de cada uno de ellos empezaron a chocar de frente. Mientras ella anhelaba un ritmo de vida algo más rápido, salidas de marcha, viajes improvisados, etc…, él empezaba a buscar algo más rutinario. Se había vuelto más pasivo, más previsible. Ella se sentía joven mientras que él decía aquello que tanto le fastidiaba de “…ya no tenemos edad…” Todo esto empezó a provocar un distanciamiento entre ambos. Al principio era un leve malestar, luego continúas discusiones donde cada uno exponía bastante claro sus planes para el modelo de vida que quería. Para terminar en un desinterés del uno por el otro que les ...
... llevó a una situación inevitable. O más bien llevó a ella a tomar una decisión muy difícil. Porque fue ella quién decidió que ya no más. Se planteó mil veces si había sido una buena solución. Se sentía fatal, le quería y durante unos meses lo pasó realmente mal. Cuando se metía en la cama solo deseaba que al abrir los ojos hubiera pasado el tiempo suficiente para que se terminase aquel dolor. Y es que le costó mucho superar aquel 24 de diciembre en que todo se acabó. Ahora tenía una reserva en un hotel de un pequeño pueblo del sur antes de zarpar en un crucero por las islas griegas con su amiga Eva. El viaje se le había hecho un poco pesado. Primero un AVE hasta Sevilla y luego un coche de alquiler hasta el hotel. Sobre las ocho y media de la tarde llegó y se instaló. Tenía ganas de un baño relajante, pero lo pensó mejor y optó por una ducha rápida y salir a ver los alrededores y la playa. No tenía ganas de encerrarse en una habitación sino salir a pasear y respirar aire puro. Así lo hizo y a las diez de la noche después de haber cenado algo rápido, estaba paseando por la playa. El olor a mar siempre le evocaba agradables recuerdos de su infancia cuando de la mano de su abuelo paseaba por la Barceloneta mientras oía las historias de las distintas travesías que había hecho éste embarcado en distintos barcos mercantes. Tras un largo paseo por la magnífica playa de arena fina, con el rumor de las olas rompiendo suavemente en la orilla, se encontraba muy relajada. Se sintió ...