1. Ella: El viaje y el calentón


    Fecha: 23/07/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... cansada de todo el día y decidió volver. Ante la pequeña puerta de acceso al hotel desde la playa se dio cuenta que no tenía llaves para esa entrada, así que tendría que rodear todo el hotel y entrar por la puerta principal. De repente una voz grave llamó su atención a su espalda:
    
    -Perdone, ¿es usted huésped? ¿Necesita ayuda? –Ella se giró y se quedó por un momento mirando a su interlocutor.
    
    -Sí, me he dejado las llaves en recepción y está cerrada la puerta, ¿es usted huésped también? –dijo por fin la mujer.
    
    -No, yo soy el socorrista de la piscina del hotel.
    
    -¿Si pudieras abrirme? –dijo Ella inocentemente.
    
    -No se preocupe que yo le abro… –dicho esto él le sonrió de manera pícara.
    
    -Gracias. Hasta mañana. -Se despidió la periodista.
    
    Atravesó la zona de la piscina hasta el bar donde los camareros servían copas a algunos clientes. Luego cruzó el hall de entrada en dirección a la recepción donde el empleado había sustituido al compañero que le dio la entrada. Éste le saludó con una amplia sonrisa al reconocerla antes de darle la llave de la habitación. Ella, correspondió al recepcionista con otra sonrisa y se fue a la habitación pensando en la extraña conversación que había mantenido con el joven de la puerta. Se descalzó y se tumbó en la cama boca arriba. Fue entonces cuando se dio cuenta del doble sentido de la frase del socorrista y de ahí su sonrisa. De repente sintió una extraña sensación entre la ofensa por la insolencia del comentario del joven y el ...
    ... halago al sentirse deseada por éste. DESEO, repitió para sí. Los años de convivencia habían diluido el de Pedro hacia Ella sustituyéndose por algo tan dañino como la seguridad y el confort. Hacía mucho que no se sentía deseada.
    
    Ella también sonreía ahora y pensaba desde cuando no “la abrían”. Pensó en las últimas veces con Pedro, cuando ya el sexo entre ellos eran aburridas sesiones programadas, siempre de la misma manera, siempre en el mismo lugar y siempre el mismo día y a la misma hora. Ahora, él tenía nueva pareja y los comienzos siempre son prometedores. Comenzó a imaginar como lo harían. ¿Se la estaría chupando? ¿Le estaría él comiendo las tetas o el coño o el culo? Empezó a excitarse y a tocarse. Se quitó la camiseta y el sujetador para acariciarse las tetas. Las tenía, relativamente grandes, preciosas, duras, con una areola perfectamente redonda y rosada con unos prominentes pezones que se erguían hacia arriba cuando se excitaba. Siempre habían tenido mucho éxito sus tetas, sobretodo en la redacción.
    
    Ahora se pellizcaba los pezones y se los retorcía hasta provocarse un excitante dolor. Se las amasaba como hacía mucho que no lo hacía. Pero necesitaba más, así que se quitó la minifalda y se quedó solo con su tanguita blanco. Se tocó por encima y se notó totalmente húmeda. Metió la mano dentro y tocó su peludo, pero bien triangulado coño. Primero con toda la palma para notar el calor que desprendía su raja. Luego hizo presión y comenzó a subir lentamente la mano ...
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