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Ella: El viaje y el calentón
Fecha: 23/07/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... introduciéndose levemente su dedo corazón desde el inicio de su vagina hasta tocar su clítoris. Notando el flujo ardiente que manaba de su sexo. Suspiró y sin dejar de amasar sus tetas siguió rozándose aquel botón del coño con pequeños círculos. Empezaba a jadear y su excitación iba en aumento. Su mente empezó a buscar imágenes que le ayudasen a terminar. No lograba poner nada en pie. De repente recordó vagamente al socorrista, pero tampoco le sirvió. Notaba como su coño caliente latía y necesitaba ser penetrado. Miró hacia la televisión y lo tuvo claro. Puso el canal para adultos, se colocó boca arriba con la cabeza apoyada en la almohada y se dispuso a hacerse una paja mientras veía la porno. No tardó en coger el ritmo perdido viendo gritar de placer a la rubia de turno siendo empotrada contra una pared por un negro con una polla descomunal. Ella dejó sus pezones que ya estaban duros como piedras y se dedicó en exclusiva a su precioso coño. Con una mano se hacía un dedo mientras que con la otra se metía primero uno luego otro y hasta tres dedos en la vagina y empezaba a moverlos en círculos dentro. Estaba a punto de llegar, no dejaba de mover las piernas notando un escalofrío que recorría sus muslos, jadeaba sin parar se mordía el labio inferior. Aunque se le cerraban los ojos del gusto no perdía la visión de la pantalla. Se propuso aguantar tanto como aquella rubia. Con el cambio de secuencia, Ella también decidió cambiar de ritmo. Ahora en la pantalla la rubia ...
... estaba a cuatro patas mientras el negro le reventaba el culo con sus veintiocho centímetros. Los gritos y gestos de dolor de la mujer contrastaban con la cara y gemidos de placer del hombre. En la habitación Ella estaba también a cuatro patas con la cabeza en el colchón y mirando a la tele. Esta secuencia trajo a su memoria su fantasía sexual nunca confesada, la sodomía. Introdujo tres dedos de su mano izquierda en su vagina y la parte más cercana a su muñeca sobre su clítoris, de manera que el roce sobre éste era total. A continuación, ensalivó el dedo corazón de su mano derecha y se lo fue introduciendo en su ano. Al principio gimió de dolor ya que era la primera vez que entraba algo por allí. Viendo como la rubia estaba siendo empalada sin compasión deseó ser ella y que aquel negro con aquella impresionante verga la partiese en dos desgarrándole el ano. Se metió otro dedo en su ano al tiempo que se estimulaba el clítoris con la otra mano. Comenzó con un continuo movimiento de mete-saca. Ya no pudo más y con un grito que no pudo controlar llegó al orgasmo. Apretó sus piernas en torno a su mano hasta que, faltas de tensión, no pudieron soportar y cayó rendida sobre el colchón. Con los ojos cerrados, sus fluidos manaban de su coño ardiente hasta empapar su mano y las sábanas bajo su cuerpo. En la tele el negro descargaba todo el semen de sus cojones en cara de la rubia que se relamía de gusto. Éste fue el último recuerdo antes de quedarse completamente dormida. A la mañana ...