La putita del vecindario (Parte 2)
Fecha: 24/07/2023,
Categorías:
Transexuales
Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos
... de mi culito apretado y ensalivado, hasta que estaba completamente dentro de mí. Soltó un leve gemido, me saqué el pene de Felipe de a boca y miré hacia atrás, sobre mi hombro, para observarlo dando un trago grande a su cerveza hasta terminarla y empezar un movimiento rítmico y suave, entrando y saliendo de mí muy lentamente. Regresé mi atención hacia Felipe y, más caliente que antes, le chupé frenéticamente la verga, desde la base hasta a punta, sin dejar un solo centímetro sin atender con mis labios y mi lengua. Solo podía imaginarme la imagen del espectáculo que estaba protagonizando en ese momento: una putita rubia tirada en cuatro dentro de un camión, con el vestido levantado, la tanga hacia un lado, siendo penetrada por dos hombres que tenían más del doble de mi edad, gordos, viejos, con un penetrante olor a cerveza. Este pensamiento me puso a mil, ya no pude más y empecé a gritar de placer y a rogarles que me cogieran más fuerte.
- “¡Ughhh! Me encanta como me cogen, denme más fuerte, quiero que me cojan con todas sus fuerzas, que me destrocen mis hoyitos, ¡soy su putita!”
Al escucharme empezaron a reír y a decir entre ellos:
- “¿Cómo ve a esta puta compadre? Coge muy rico pero no sabe lo que está pidiendo”, dijo Felipe.
- “No se apure, si quiere verga vamos a dársela, hace mucho que no nos encontrábamos algo así y no la voy a dejar ir tan fácil”, respondió Julián para después dirigirse a mí mientras aceleraba el ritmo de sus embestidas: “¿Quieres verga ...
... putita? ¿Crees que puedes aguantarnos a los dos? Te vamos a cumplir tu deseo aunque te arrepientas”, y me dio una nalgada fuertísima que dejó ardiendo mi nalga derecha.
Julián me tomó fuertemente de la cintura, empujándome hacia abajo, mientras sus embestidas aumentaban en intensidad. Sentía como entraba y salía casi por completo, calentando mi hoyito y haciendo temblar mis rodillas. Me nalgueaba de vez en cuando mientras me decía obscenidades, que yo era su puta, que era una zorra, una pendeja, que lo único para lo que servía era para que me metieran la verga, y a cada palabra me excitaba más y más.
Intentaba gritar, pero mi boca estaba completamente ocupada con Felipe, quien tomaba mi cabeza por los lados para embestirme igual de fuerte, metiendo su verga hasta donde mi garganta lo permitía, dejándome clavada y sin respirar hasta que se le antojaba, siempre en silencio, sin emitir mayor sonido que el de sus ocasionales gemidos y su respiración fuerte, hasta que sacó su verga, la apuntó a mi boca y dijo “abre bien la boca, no desperdicies ni una gota” y eyaculó sobre mí cara, entrando la mayor cantidad en mi boca. Fue una descarga de semen muy abundante, espeso, con un sabor delicioso. Acercó su verga a mí y lamí hasta la última gota, dándole un pequeño beso en la punta al finalizar, para verlo directamente a los ojos guiñarle un ojo mientras le sonreía.
Julián, que seguía con su ritmo frenético, al ver cómo devoraba el semen de su amigo, sacó su verga de mi hoyito ...