1. La putita del vecindario (Parte 2)


    Fecha: 24/07/2023, Categorías: Transexuales Autor: adriianaa, Fuente: CuentoRelatos

    ... diciendo “¿Así que te gusta la lechita? Aquí hay más para ti puta”, y clavo su verga en mi boca sin darme oportunidad de nada, obligándome a saborear mi propio culito, y corriéndose dentro de mi boca. Sentí el primer chorro contra mi paladar y detuve el resto con mi lengua, mientras estaba sentada en el piso, con mi culo adolorido, bebiendo mi tan merecido premio. Sacudió su verga en mi frente, dándome unos pequeños golpes, para después limpiarse, voltear con Felipe y decirle “Compadre, tengo que irme porque mañana temprano descargar mi camión. Aquí le dejo a esta zorrita, no se vayan a desvelar mucho”. Después se dirigió a mí, me levantó para manosearme de nuevo el trasero y viéndome fijamente me dijo “Me la pasé muy bien Adriana, coges riquísimo. Espero que nos volvamos a ver pronto”, salió y me dejó a solas con Felipe.
    
    Acomodé mi vestido y me senté a un lado de aquel hombre que había quedado conmigo, me invitó algo más de tomar, lo cual acepté, y empezamos a platicar. Me contó sobre su vida, tenía 59 años, era divorciado desde hace dos o tres, sin hijos, siempre había trabajado como transportista y, aunque ya no era joven, prefería seguir manejando pues la carretera siempre fue su vida. Me pareció impresionante que se abriera así conmigo, y me llenó de confianza. Le platiqué acerca de mí, de mis gustos, de mi aventura con Don Julio y cómo fue el primer paso de muchos que pensaba dar en ese camino. Nos caímos bien, más allá del sexo que habíamos tenido hace unos ...
    ... minutos, tuvimos una conexión.
    
    Y mirándonos fijamente nos fundimos en un beso apasionado, no hacía falta decir algo más, me senté sobre él mientras pasaba mis manos por detrás de su cabeza, y el acariciaba lentamente mis piernas y mis nalgas, delicadamente, subiendo poco a poco mi vestido hasta quitármelo por completo. Besó mi cuello y me hizo estremecer, pero cuando bajó un poco más y sentí su lengua juguetear lenta y suavemente sobre uno de mis pezones, un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Me dio a lamer uno de sus dedos, el cual lo dejé bien ensalivado, para que después lo metiera poco a poco en mi hoyito. La sensación de sus labios y su lengua sobre mis pezones, una de sus manos tomándome firmemente por la espalda, mientras me masturbaba con un dedo, me hicieron rendirme completamente. Me separé para llevarme su pene a mi boca y él no lo permitió, se recostó y solo me dijo “Ven”, y entendí lo que quería. Me quité la tanga y unté un poco más de saliva en mi hoyito, para después poner mis piernas a sus lados y sentarme lentamente sobre él, dirigiendo su durísima verga a la entrada de mi culito y metiéndola un poco, para después dejar caer mi peso y sentirla por completo. Él no dejaba de verme, yo admiraba a ese hombre, con su abdomen abultado y pecho completamente cubiertos de vellos; estaba fascinada.
    
    Comencé a cabalgarlo a un ritmo lento, no teníamos prisa y se notaba que le encantaba. Sentía cada centímetro de su pene entrar y salir, palpitar dentro de mí, ...