1. Mi primera aventura


    Fecha: 28/07/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pensar que todo el mundo sospechaba que iba sin bragas y, si ya estaba caliente, esa idea me hizo excitarme más todavía.
    
    Al llegar al hotel lo primero que hice fue darme una ducha que disipase mi calentura, no sólo me vendría bien refrescarme, también necesitaba serenarme un poco. Cuando terminé no me sequé si no que salí del baño y me tumbé desnuda sobre las sábanas. Me reconfortó mucho sentir el frescor en mi piel, tanto que me quedé medio adormilada.
    
    Cuando me desperté y llamé a mi marido, éste me contestó desde la terraza de atrás. Al asomarme por la ventana vi que Alfonso estaba recostado en su tumbona, desnudo y con un principio de erección. Me puse una camisa no más y me fui para abajo. Al pararme frente a él, sonrió.
    
    Aunque soy bajita tengo buena figura, pues procuro contenerme con la cuchara y hacer algo de ejercicio. Cuatro días por semana salgo a caminar con Chico, mi perro. No lo hago solamente para no acumular calorías, si no porque me gusta, me hace sentir bien y me ayuda a dormir mejor. A los hombres les encanta mirar mis nalgas tanto como a mí lucirlas. Mis tetas, en cambio, son chiquitas, pero si me apetece alardear me pongo un push-up y el éxito de mi escote está más que garantizado.
    
    Alfonso no estaba sonriente por mis pezoncitos marcados bajo la camisa, ni por mi contoneo al caminar, si no porque el muy canalla sabía que yo iba más salida que una gata en celo. Así que no me anduve con rodeos. Apoyé una rodilla entre sus piernas, justo en el ...
    ... borde de la tumbona, y sin dejar de mirarle me fui agachando poco a poco hasta que su ya firme erección terminó entrando en mi boca.
    
    Empecé a chupar suavecito, animando a su miembro a adquirir todo su vigor. Me encantaba verle tan excitado por mi culpa. Irónicamente, yo empecé a imaginar que estaba con Alberto, el chico de la playa, y que era su alucinante miembro el que tenía dentro de la boca. Esa turbadora ilusión provocó que mamase tan intensa y apasionadamente la polla de mi marido que éste no tardó en correrse ni tres minutos.
    
    Después, me recosté junto a él en la tumbona, nos fundimos en un cariñoso abrazo y disfrutamos en silencio de la dulce brisa que corría en la terraza. Sin darme cuenta volví a recordar lo sucedido en la playa aquella mañana, hasta que Alfonso empezó a roncar.
    
    Un par de horas más tarde empezamos a arreglarnos para salir a cenar. Como era día laborable acordamos ir a un popular restaurante que los fines de semana está siempre lleno. Es un sitio con una inmensa terraza y magníficas vistas. A la hora de elegir qué me pondría, pensé en la posibilidad de encontrarme con el chico de la playa. Quería estar bien linda y sexy, así que opté por ponerme mi vestido preferido, un elegante modelo de Desigual color negro con una gran flor morada y rosa palo estampada en el costado derecho. De cuello redondo, no tenía escote ni mangas y el vuelo de la corta falda apenas sí alcanzaba la mitad de mis muslos. En fin, una monería que me encantaba ponerme pues me ...
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