La vecina hija del pastor
Fecha: 03/08/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... los vellos de su vagina. Sus labios vaginales parecían una pequeña mariposa de alas anchas. ¡Qué hermoso sexo tenía Katy! Separé ligeramente sus glúteos y hundí mi lengua lo más profundo que pude en su vagina. Katy exclamó un ahh! y separó sus rodillas un poco más. Volví a meter mi lengua en su vagina. Mi nariz quedó sobre su culito. Aspiré el olor de su ano, me pareció delicioso. Inspiré con mi nariz fuertemente concentrándome en su olor. El aroma me enloqueció. Quise comerme todo. Comencé a pasar mi lengua por todo su sexo, incluyendo su ano.
De hecho trate de abrir su culito con mi lengua. Lamía todo su sexo chupando y tragando los jugos que emanaban de su conchita. A cada rato regresaba a lamer su culito. Jugué muchas veces con sus labios y su clítoris chupándolos suavemente y dándoles pequeñas mordidas.
Comencé a masturbarme mientras le seguía comiendo su sexo. Mi verga no tardó en ponerse dura nuevamente. Katy era un manojo de gemidos y suspiros. No había duda que estaba disfrutando de mi mamada. Lamí cada milímetro de su vagina. Cuando mordí y estiré suavemente uno de dos labios vaginales, Katy pegó un gemido muy fuerte, casi un grito, que incluso pensé que la había lastimado. La solté inmediatamente. En cuanto pudo ella habló:
¡Oh que me hiciste, me vine otra vez!
No esperé más, de dirigí a morder y estirarle el otro labio vaginal. Ella volvió a gemir una y otra vez. Puse su labio vaginal dentro de mi boca y lo succioné como si quisiera ...
... tragármelo.
Ella gimió más fuerte. – Me voy a venir otra vez. Lo dijo la chica al momento que comenzó a mover sus nalgas hacia arriba y abajo. Sus gemidos prolongados me indicaron que se estaba viniendo. Ya no pude soportar más. Me puse de pie y sin pensar en otra cosa que en cogérmela puse la cabeza de mi verga en la entradita de su vagina.
Ella me miró sorprendida, pero, no me lo pensé dos veces, era ahora o nunca, y presioné mi pene sobre su coñito, viendo como se abrían sus labios vaginales y pronto alcance su himen. Ella se quejó un poco, pero antes de que ella reaccionara, de un golpe de riñones, verifique que la tela cedió, y mi pene entró dentro de su coñito. Era obvio que con los orgasmos que había tenido la habían dilatado bastante, y por ello puede entrar en ella sin tanto problema.
-oh no saquela… ohh me duele.. ohh- dijo ella dando un grito que casi podía oírse en nuestras casas. Menos mal que no había nadie y que estábamos solos. Los gritos de la nena era parar ser escuchados.
Ella intentó salirse, pero la sujeté con decisión, y logré encajarse aun más. Cuando me di cuenta, comprobé que tenía más de la mitad de mi macana dentro del estrecho coñito de mi vecina. Tomé su cintura para apoyarme y comencé a cogérmela muy fuerte.
-oh nooo ohhhhh… por favor saquela… ooooo- gemía mientras los golpes de sus nalgas sobre mi vientre eran sonoros, solo interrumpidos por los quejidos de Katy. Sin embargo, pronto la chica ceso en sus gemidos y note que la presión de las paredes ...