HASTA LA CIMA - TERCERA PARTE
Fecha: 04/08/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... puerta. Una, dos, tres veces.
Toc, toc.
Y se fue. Regresó a las pocas horas, los mismos nudillos exigiendo atención.
Los ojos se me llenaron de lágrimas deseando que no fuera Adrián. Él tenía razón, yo lo había arruinado, y la vergüenza de haberlo hecho era tal que no encontraba una forma de redención. Los nudillos se fueron aquella noche para regresar al día siguiente por la mañana. Escuchando el
toc, toc, toc
comprendí que no había forma de que fuese Adrián o Marena. Ambos tenían un juego de llaves del apartamento, puesto que ambos vivían —o habían vivido— aquí, pensamiento que me convenció de entreabrir la puerta de entrada y asomarme sin reparar en mi apariencia.
Del otro lado del umbral encontré a Gabriel vestido con la propiedad de siempre.
No me sorprendió que fuese él el que estuviese parado fuera de mi apartamento, sino la forma en que me miró sin inmutarse ante el aspecto deplorable que con toda seguridad debía de tener.
—Marta no pudo localizarte —dijo tratando de justificar su aparición.
Asentí sin encontrar la forma de decir algo en voz alta, esperando a que Gabriel continuara con el discurso que tuviese que dar.
No era experta en recursos humanos, pero cualquiera con tres dedos de frente entendía cómo funcionaba un trabajo desde el papeleo. Desde luego que ausentarse sin justificación y durante un largo periodo de tiempo era acreedor a una baja definitiva. ¿Había ido Gabriel hasta la puerta de mi apartamento para notificarme mi ...
... despido?
Gabriel se quedó un momento en silencio, esperando que yo dijese algo. Tras no obtener nada, continuó:
—Massimo quiere que te incorpores a su itinerario lo más pronto posible.
—No voy a trabajar más con ustedes.
No había tenido tiempo para pensarlo, pero cuando me escuché pronunciar palabra por palabra comprendí que era lo mejor. Al final, solo había llegado a Wechsler por Adrián y, aunque no habíamos terminado de manera formal, lo mejor era darnos tiempo y espacio. Nunca nos encontrábamos dentro del complejo, pero cancelar la posibilidad me brindaba un poco de la confianza que había perdido. Ni siquiera el plan malicioso contra Massimo era suficiente, necesitaba salir de ahí.
Gabriel permaneció en el umbral, impasible cómo solía serlo.
La característica más notable de Gabriel era ser completamente indescifrable. Se paraba ahí, sin hacer un solo gesto, pero de alguna forma no parecía desinteresado. De hecho, era todo lo contrario. Parecía tan interesado en todo que pensar le quitaba el tiempo a la expresión corporal.
—¿Puedo pasar? —cuestionó amablemente.
Lo dejé pasar aun cuando seguía en bragas y la blusa verde con la que él mismo me había visto por última vez. Si el apartamento olía tan mal como la escena lo sugería, Gabriel no pareció tener un problema con ella. Dio un breve recorrido por el piso mirando el cheque, los quesos, las cortinas cerradas, la botella vacía. Se quedó parado justo donde había encontrado al albino aquella noche y sacó ...