1. Compañera de trabajo


    Fecha: 05/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la punta de su lengua. Podía observar que Gaby disfrutaba, que lo hacía muy bien. En ocasiones, Gaby debía parar su mamada, por el placer que estaba sintiendo, creo que necesitaba tomar aire.
    
    Ramón se quitó a Gaby de encima y la tumbó sobre la cama. Se fundieron en un beso, que me pareció eterno, y él continuó comiendo aquel sabroso manjar que Gaby tenía entre las piernas. Sabía que ella pronto se correría. Los restos, la pérdida de respiración en ocasiones, la piernas se sacudía como con pequeños calambres. Como gozaba Gaby. Y, efectivamente, sus manos agarraron las sabanas con fuerza y supe que se estaba corriendo. Él volvió a mirarla a los ojos, se acercó a sus labios y disfrutaron de muchos besos. Ramón mientras la besaba rozaba la punta de su pene con el coño de Gaby. De vez en cuando él, con un ligero movimiento de cadera, introducía la puntita, pero rápidamente la volvía a sacar para que Gaby lo deseara con todas sus fuerzas, y yo también. Yo ya lo deseaba, pero Ramón quería seguir calentando. La metía, un par de movimientos suaves y fuera de nuevo. Para dentro de nuevo, hasta el fondo para que la sintiera bien, despacito y fuera de nuevo. Gaby intentaba mantenerlo dentro con sus piernas pero él siempre conseguía volver a salir. Gaby le pidió más.
    
    -Metemela Ramón, metemela dentro y dale fuerte. Que Alberto vea como me revientas. - Gaby lo estaba deseando.
    
    -¿Te gustaría estar en mi lugar, Alberto? Pero sabes que no puedes - me decía Ramón.
    
    -Ramón, por favor ...
    ... - Gaby dijo la palabra magica, porque en cuanto ella dijo "por favor", él empezó a poseerla. Yo me masturbaba viendo la situación pero no quería correrme.
    
    Empezó suave metiendo la despacio hasta el fondo. Hacía movimientos circulares como si quisiera que su polla revisara toda su cavidad. A Gaby le gustaba no había duda. Ella la sentía muy dentro y esa forma de moverse le provocaba placer. Poco a poco, él fue aumentando el ritmo, había dejado esos movimientos y ahora era el clásico dentro-fuera. Cada vez más rápido, cada vez más salvaje. Gaby lo agarraba con fuerza, con los brazos, con las piernas y hasta con la boca a base de morreos. Ramón intentaba frenar cuando se veía cerca de reventar. Yo seguía tocandome cada vez más fuerte, cada vez más rápido. Casi sin darme cuenta me corrí. Allí junto a su cama, empapando la sabana y el suelo. Pero solo tenía ojos para verlos a ellos.
    
    Las embestidas de Ramón cada vez eran más potentes, más brutales. Yo pensaba que la cama no aguantaría, pero aguantaba.
    
    -Camelo todo, Ramón, que me corro -gritaba Gaby- Damelo todo.
    
    Ramón estaba concentrado en cada golpe de cadera, en cada movimiento, en hacerla disfrutar.
    
    -Me corro, me corro - seguía Gaby.
    
    -Echamelo dentro, Ramón. Correte en mi, por favor. - suplicaba Gaby de nuevo. Y otra vez las palabras mágicas "por favor" surtieron efecto. Ramón en un último arreón final, parecía que se le iba la vida junto con su semen. Toda su fuerza se había vaciado, y caía rendido sobre Gaby ...
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