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HASTA LA CIMA - PRIMERA PARTE
Fecha: 09/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... sofás modulares con mesa de centro donde solo había otra mujer con mala cara. Parecía no estar disfrutando del ambiente, apariencia que fue comprobada cuando tomó su bolso y se perdió entre la multitud en dirección a la salida. —Algunas mujeres no saben cómo divertirse —exclamó Mar. El rostro de Marena parecía estar formado por una colección de semblantes heterogéneos que se contradecían en la personalidad que representaban. Era como si el rostro de Marena tuviese la facultad de cambiar sus rasgos por completo hasta crear a una persona totalmente distinta. En ese momento, Marena parecía una mujer malintencionada con la que uno debía tener cuidado. ¿Cómo hacía eso? Era como si dentro de ella convivieran en armonía personalidades totalmente distintas; Marena la irónica, Marena la maliciosa, Marena la humilde, Marena la señora cuarentona cansada las veinticuatro horas del día, Marena la solidaria. Y todas esas cualidades que conformaban a mi mejor amiga se contradecían entre sí la mayor parte del tiempo creando una inconsistencia peculiar. —¿Qué pedimos? —preguntó mientras revisaba las calificaciones y comentarios del bar por internet. —He leído en artículos que España adora los Moscow Mule. Mar alzó las cejas mientras asentía. —¿Qué se supone que eran? —preguntó mientras fruncía el entrecejo tratando de recordarlo. —Vodka, limón y jengibre —recordé. Mar frunció la nariz con desagrado. —¿Y tú de verdad quieres tomar eso? —preguntó. Asentí sin ...
... mucha convicción. Era de ley que, si a Marena no le gustaba, muy probablemente a mí tampoco. —Pues creo que pediré un... Bloody Mary. ¿Segura que no prefieres uno? Vodka con picante suena mucho mejor que vodka con jengibre. —No —negué—, creo que prefiero una piña colada. Mar asintió con aprobación y no tomó asiento hasta que un mesero se hubo acercado a nuestra mesa y tomado nuestra orden. —Pues bien, me falta contarte lo de esta tarde —recordó ella tomando asiento por fin. No podía evitar notar las miradas fugaces de los hombres hacia nuestra mesa. Contuve una risa burlona y asentí acercándome a Mar para escucharla mejor. —Estaba en mi turno como siempre acomodando las reservaciones manuales dentro de la tablet cuando un hombre se acercó al atril. Evidentemente pensé que se trataba de un cliente por lo que lo recibí con el saludo clásico de la taberna, pero él se río y dijo que no había ido a consumir. Entonces este sujeto, con la confianza más grande que sus huevos se acerca en plan macho, ¿sabes? Tipo yo puedo con todas, con esa clase de confianza que inspira inseguridad, y me extiende una tarjetita de presentación... Ah, sí, es para nosotras. El mesero colocó sobre la mesa del centro los cócteles y un recipiente pequeño repleto de cacahuates japoneses. Mar asiente, agradece y el mesero se retira para atender a los chicos de la mesa contigua. —Pues bueno, como te decía, este c hamo me da su tarjeta de presentación y lo primero que pensé ...