1. HASTA LA CIMA - PRIMERA PARTE


    Fecha: 09/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... —preguntó en cambio.
    
    Tomé un cuadro de papel toalla para secarme.
    
    —De los ocho meses que hemos estado aquí, hoy ha sido mi día favorito —admití.
    
    Adrián me dio una media sonrisa.
    
    —Qué bueno, preciosa.
    
    Volteé a mirar la puerta con preocupación.
    
    —Adrián, alguna chica va a entrar y con qué te vea aquí va a dar el grito en el cielo.
    
    Pero Adrián no se movió ni medio centímetro, manteniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.
    
    —Bueno, he terminado —dije arrojando el papel toalla dentro de la cesta de basura bajo el lavabo—, Vámonos antes de que alguien te vea.
    
    Me di la vuelta dispuesta a alcanzar la manija cuando la mano de Adrián me apartó de ella jalándome por la muñeca. Volteé para mirarlo contrariada.
    
    —¿Qué estás haciendo?
    
    Adrián sonrió.
    
    —Te he estado observando toda la noche —dijo él y me recorrió el cuerpo con la mirada—. Te conozco tanto, Regina...
    
    Fruncí el ceño sin comprender.
    
    —¿Qué dices?
    
    Pero Adrián no respondió al instante, en su lugar me jaló más hacia él y con la mano libre comenzó a subirme la falda.
    
    —¡Adrián! Entrará alguien en cualquier segundo —chillé.
    
    Las manos de Adrián fueron rápidas y concisas, deslizándose por debajo de mi ropa interior hasta alcanzar mi sexo. Al hacerlo, Adrián soltó mi muñeca para rodearme los hombros con el brazo libre y apretarme más contra él. Nuevamente pude sentir su miembro erecto contra mis glúteos. Sus dedos me acariciaron el clítoris rociándome de deseo, primero suave y ...
    ... después con premura. Adrián miraba la escena desde el reflejo mientras yo cerraba los ojos y disfrutaba de su contacto. Entonces, sin previo aviso, Adrián me dio la vuelta y se arrodilló frente a mí.
    
    —¡Adrián! —jadeé, en parte con deseo y en parte con preocupación. ¿Acaso eso no era una falta considerable a la moral? No quería terminar la noche ante un juez.
    
    Adrián me silenció con un gesto mientras tomaba mis piernas y las separaba.
    
    —Ábrelas más —susurró.
    
    Adrián deslizó su cabeza entre mis muslos mientras apartaba con sus dedos mis bragas y tocaba con su lengua mi sexo. Húmeda, caliente y firme recorrió mi entrepierna con una necesidad que me hizo temblar. Enredé mis dedos entre su cabello y pedí más. Adrián obedeció, separando mis labios con ambas manos para tener un mayor alcance, un mejor festín. Estábamos haciendo algo que jamás habríamos pensado en hacer de no ser por el alcohol. Moví mis caderas en un acto por inercia, frotándome contra su lengua, pidiendo más y más. De pronto la imagen de Adrián y el gorila en la puerta apareció muy nítida bajo mis parpados; Adrián había pagado al guardia para obtener esos minutos de placer.
    
    —Ven —pedí con esas ansias que había sentido en la pista de baile durante mi baile con Marena, sentada en los sillones bebiendo un vaso de agua y sintiendo los dedos de Adrián sobre mi pierna.
    
    Adrián se incorporó y mientras yo le daba la espalda y me bajaba las bragas lo suficiente, él se deshacía del cinturón en sus pantalones y del ...