1. En casa de mi jefe: Cuarta parte donde cumplo mis deseos


    Fecha: 10/08/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: hotmind, Fuente: CuentoRelatos

    ... anticonceptivas y preservativos. Busqué una cajera para no sentir alguna incomodidad y metí todo a mi bolso. En el Uber vi a Braulio algo curioso.
    
    —Tengo un poco de fiebre.
    
    Llegamos a las 20:30 a su hogar y entre sus jardines rumbo a su casa.
    
    —Estás nervioso?
    
    —No, no la verdad.
    
    —Muy bien, quiero que me presentes a tu mamá, pero sin que nos invite con ella. Si es que lo hace.
    
    —Bueno.
    
    Podía apreciar variadas flores y plantas aromáticas.
    
    —Al menos tu madre tiene buenas plantas.
    
    —Te equivocas, son mías, yo las elegí, busqué una propiedad con bastante jardín.
    
    —Mira que sorpresa.
    
    Hablábamos mientras tomaba su brazo y caminaba a su lado. Abrió la puerta y me invitó muy gentil y tranquilo, como su real invitada.
    
    —Gustas algo para beber?
    
    —Un vaso grande de agua purificada, no fría.
    
    —Bueno, espéreme, tome asiento que seguramente mi madre ya sabe que estas aquí.
    
    Tomé asiento en un sofá de cuero, muy cómodo. Al minuto apareció su mamá.
    
    —Hola linda.
    
    —Señora Raquel, buenas noches.
    
    —Que sorpresa verte aquí, Braulio no me aviso de nada y tú sabes cómo es él.
    
    —Si, a Braulio le pareció buena idea invitarme a su casa…
    
    En eso aparece Braulio con un vaso bien grande de agua. El cual acepto y bebo con mucho gusto.
    
    —No me digas que viniste a beberte el agua.
    
    —Mamá… Bárbara es mi invitada. Por favor.
    
    Braulio lucia súper serio, él también bebía agua.
    
    —Ay! Mejor ven a saludar a mis amigas, está la tía Carmen.
    
    —No, mamá, ...
    ... estoy en otra cosa.
    
    —Braulio ven a saludar.
    
    Esto último lo dijo en tono imperativo. Y Braulio se quedó inmóvil. Me puse de pie y le pedí más agua, invitándolo a ir a saludar. Accedió y fuimos siguiendo a su madre, de unos 55 años quien lucía muy elegante y no se notaba fuera de lo común, salvo por esa “orden” que le impartió a Braulio, frente a mi, sin impórtarle.
    
    Nos guio hasta la cocina donde estaban unas señoras sentadas y expectantes, la mesa estaba con tazas de té y montones de alfajores y pastelitos. Todas señoras de edad similar y bien vestidas. Sus ojos se clavaron en mi y Braulio, parecieron no creer que andábamos juntos, el tan bajo, casi 1.60 m, flaco, paliducho y de perfil tímido y yo más de 1.80 con mis tacones, finamente vestida, de cuerpo voluptuoso y firme, muy firme.
    
    —Mi hijo Braulio, por si no lo conocen y Bárbara su secretaria.
    
    —Ella es mi asistente, mama.
    
    Todas las señoras se pararon y nos saludaban una por una, bastante fijonas, notaba cuchicheos y miradas de pies a cabeza. Peor que los hombres!
    
    —Bueno chiquilla, antes de que se vaya, siéntense a probar pastelitos y compartimos.
    
    —No mamá, no nos vamos y debemos ver otros asuntos.
    
    —Ay pero Braulio. Aún está enojado por el matrimonio.
    
    Les decía Raquel a sus amigas. Para no hablar tanto, decidí probar un pastelito de crema y ofrecer uno a Braulio.
    
    —Por qué no se casó Braulito? hacían linda pareja con Dilma.
    
    Preguntaba una señora antigua, mientras Braulio tragaba rápido medio ...
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