1. Inmune


    Fecha: 16/08/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    Me desperté en mitad de la noche con el deseo insoslayable de follar. Abrí los ojos en la oscuridad; oí el ronquido suave de José Luis. Aparté la sábana que a ambos nos cubría y descubrí que mi esposo estaba completamente desnudo; así que, como él dormía de costado dándome la cara, estiré mi brazo hasta que mi mano tomó contacto con su polla en reposo y comencé a acariciársela. Jose Luis gimió: "mmm... mmmm", luego entornó los párpados y susurró: "Qué... mmm... Silvana". Me lo follé, con ganas: empujé su cuerpo hasta dejarlo boca arriba y me subí en su regazo para rozar mi coño con su polla hasta que ésta se le puso tan dura que penetró por sí sola en mi rajita; entonces suspiré: "Ohh, Jose, Jose", y comencé a rebotar. Yo miraba hacia abajo, y en lo oscuro de la alcoba podía vislumbrar mis pezones moviéndose desacompasados en todas direcciones...
    
    Sin embargo, de esto hace mucho tiempo; ahora estábamos todos confinados.
    
    Silvana era una mujer hermosa: tenía un rostro armonioso, un busto bien provisto de tetas firmes y redondas, una cintura fina, unas caderas anchas, unos muslos bien torneados y un coño bien perfilado. Cuando paseaba por la calle para ir de compras, los hombres no podían evitar echarle una mirada de deseo; pero ella no flirteaba, era mujer de un solo hombre, de José Luis.
    
    Silvana, a menudo, llamaba por teléfono a Amparo para contarle sus cuitas:
    
    "Aunque a mí me gusta mucho chupar la polla de mi esposo, por nada del mundo consiento que se corra dentro ...
    ... de mi boca, siempre fuera, no me gusta el sabor ni la textura del semen, me da asco", confesó Silvana a su amiga Amparo; "¡No me digas!, y él ¿qué dice?", preguntó ésta; "Nada, estoy tan buena que se conforma con follarme, y ¡menuda suerte tiene!", terminaba Silvana.
    
    No obstante, de esto hace mucho tiempo; ahora estábamos todos confinados.
    
    Amparo y yo contrajimos el virus recién empezada la pandemia y, aunque pasamos más de una semana muy enfermos, con fiebre altísima y tos severa, conseguimos recuperarnos gracias a que nuestros anticuerpos vencieron al intruso que se coló en nuestros organismos, expulsándolo; nosotros hacíamos vida normal, estando confinados.
    
    Amparo era una mujer rechonchilla de formas suaves y me encantaba tenerla entre mis brazos, estrechar su amoroso cuerpo, correrme en su cálido coño mientras ella me comía a besos. Con Amparo, todo empezaba con un juego en el que uníamos nuestras bocas, nuestros labios, nuestras lenguas, deleitándonos en los húmedos roces, hasta que finalmente nos desnudábamos el uno al otro, yo a ella, ella a mi, y follábamos como locos. Había veces en que Amparo me chupaba la polla, ¡cómo no!, incluso había en las que lo hacía hasta el final, es decir, hasta probar mi semen, pero yo no se lo pedía; a mí me encantaba follarla, disfrutaba viendo cómo su cara, tan redondita, se iba transformando a cada empuje mío, cómo sus párpados se entornaban y su labio inferior caía laxo, mostrándome un rostro distinto en el que el deseo, la ...
«1234»