Inmune
Fecha: 16/08/2023,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
... lujuria cobraba tal protagonismo que, era sólo oír sus tiernos gemidos y ya la punta de mi polla ardía, y, con todo mi ser volcado, me vertía dentro de ella.
José Luis sale al balcón:
A distancia, a través de la calle, desde un balcón a otro, no se conoce a nadie, quiero decir: no se puede saber si ese alguien te cae bien y, ni siquiera, saber si te va a ser satisfactorio estar a su lado; pero José Luis espiaba a la vecina. La veía cada día a las ocho asomarse para dar los habituales aplausos, acodada en la barandilla. Ella llevaba puesto un pantalón largo de chándal, una camiseta de pijama y, por encima, una rebeca; su cabello rubio, mal peinado, le caía sobre los hombros. De vez en cuando, durante un breve intervalo de tiempo, ella estirazaba su torso mientras daba palmas, y José Luis podía observar como, apretadas, sus tetas pugnaban con la tela que las cubría. "Ah", se decía José Luis, "qué delicia sería ahora saborear esa carne tibia, que placer sería oler el sudor rancio de su canalillo, ese olor a casa cerrada", y se empalmaba.
José Luis se hace una paja en el cuarto de baño.
De la situación desesperada de José Luis respecto a la cuestión sexual me enteré por una entrada de blog que leí, blog cuya autora era Silvana, cuyo título era "Hago círculos con humo", del que yo era seguidor desde que la conocí, siendo ella soltera, en un evento organizado por jóvenes escritores, grupo en el cual Silvana era meramente una comparsa, pues ni tenía talento ni ...
... constancia:
"José Luis estaba embobado mirándome cuando yo ponía la mesa para cenar. "¿Qué te ocurre José Luis, acaso has visto un fantasma?", le preguntaba yo apoyando las palmas de las manos en mis caderas; "No... no es nada..., es que...", tartamudeaba él; "Es que..., verás, tengo tantas ganas de follarte..., desde que empezó la cuarentena no hemos follado ni una sola vez y..., claro, tampoco es que te tapes mucho, sales de tu habitación con la bata de andar por casa, te paseas de acá para allá descalza..., para colmo, cuando te agachas para hacer algo, se te ve que ni llevas ropa interior..., en fin, Silvana, ¡que no puedo más!", me explicaba; "Está bien, José Luis, está bien, de follar nada, pero..., ¡venga!, te haré una paja", le decía; "¿Con la boca?", preguntaba suplicante José Luis; "No, entonces sería una mamada, te haré una paja, espera que me pongo los guantes".
Yo salía del salón comedor en dirección a la cocina para coger unos guantes de nitrito; luego volvía. José Luis ya se había bajado los pantalones del pijama y me mostraba su polla tiesa bien reclinado en el sillón. Yo me sentaba junto a él. Él besaba mi mascarilla. Yo le acariciaba la polla, su tronco, de modo ascendente, desde sus huevos a su prepucio; en breve, la empuñaba y comenzaba a mover el pellejo de arriba a abajo; al principio, despacio, con suavidad; José Luis me apretaba las tetas con sus manos enguantadas, y suspiraba; después de varios minutos, yo aumentaba el ritmo de mi masaje: su glande casi ...