1. Él sí sabe cogerla


    Fecha: 17/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    Definitivamente sí. Es evidente cuando ella empieza sentir las ganas de ser complacida por un verdadero macho, alguien que la haga estallar de excitación y placer. Y se nota en ella cuando el recuerdo de aquel hombre le hace humedecer de inmediato su vagina. En ese estado, anhela de nuevo ser llenada y poseída por esa gran polla, y experimentar los orgasmos más deliciosos del universo cuando este hombre la aborda para su propio disfrute y, por supuesto, para deleite de ella, también.
    
    Esa semana andaba especialmente inquieta e intranquila, pero para nada expresaba el motivo que la tenía así. A ratos parecía insinuarse sexualmente ante la presencia de hombres en sus proximidades, pero también parecía que era una manera de sentirse querida y deseada por ellos, sin que necesariamente fuera a terminar con alguno de ellos en la cama. Pero, sin embargo, había alguien que le detonaba las pasiones más intensas y ante quien no podía resistirse y negarse.
    
    Desafortunadamente, el objeto de sus pasiones no estaba disponible para satisfacer sus deseos a todas horas, así que aquellos arranques de calentura por lo general debía calmarse y esperar a que se diera la oportunidad. Aquello era bueno para él, porque cada vez que se encontraban la hallaba muy dispuesta y entusiasta para follar con él, una y otra vez. Con la sola idea de estar poseída por este hombre, la postura de su cuerpo cambia y sus gestos la delatan. Tiene ganas…
    
    Era un miércoles, tal vez, cuando se mostró ...
    ... especialmente activa, vistiéndose y maquillándose de manera provocativa. Nada usual, pues lo normal es que esas aventuras se den los fines de semana. Pero seguramente el deseo era tan grande que la satisfacción de la necesidad no podía esperar. Cuando su lencería está a la vista, yo ya sé lo que significa. La hembra está en celo y necesita un macho para mitigar su calor.
    
    Caía la tarde cuando me dijo que tenía ganas de que saliéramos un rato. ¿A dónde le fije? A dar una vuelta y tomarnos algo por ahí, me contestó. Así que le seguí la idea, pero lo comenté que los miércoles el ambiente no estaba tan activo como los fines de semana. Me dijo, no importa. La verdad es que estoy un tanto aburrida con el encierro y una salida a cualquier parte sirve para despejarme y cambiar de rutina. Está bien, dije yo, ¡vamos!
    
    Cuando subimos al carro, la pose de sus piernas y su actitud lo decía todo, ya se estaba imaginando enfrente de aquel hombre, abriendo sus piernas para recibir su miembro en su cálida y dispuesta vagina. Era evidente. Pero yo seguí como si anda, ignorando las señales que enviaba y que cualquier otro hombre pudiera descifrar de inmediato.
    
    Acudimos a uno de tantos bares que hay en proximidades de las discotecas y moteles, pero el ambiente estaba extrañamente tranquilo y pagado, pese al intenso calor y deseo que ella experimentaba a esas alturas, anhelando tener sexo con el hombre que la satisfacía plenamente. Nos tomamos unos tragos, y hablábamos de todo y de nada, bailábamos un ...
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