1. Él sí sabe cogerla


    Fecha: 17/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... una sutil conversación, en voz baja, donde él pregunta si le gusta lo que está sintiendo, si deseaba que él viniera, si le encanta tener su verga en su coño, si le gustó mamársela y si quiere que la coja rico, como a ella le gusta, a todo lo que ella contesta afirmativamente, si, con una vocecita aguda, a manera de gemido. Pero poco a poco, en medio de ese cortejo, empieza a mover su cadera más y más rápido.
    
    Cuando él empieza sentirse muy excitado, le gusta besar a mi esposa y mover la lengua en su boca rítmicamente, al compás de las embestidas de su pene. A ella le gusta esto, porque estira sus brazos por encima dela cabeza y se entrega a las sensaciones que las maniobras de aquel muchacho de ébano le proporciona. La excitación en ella se hace evidente cuando abre sus piernas al máximo y empieza a responder con empujes de su cadera a los embates del hombre, viéndose desde la distancia un tira y afloje de ambos cuerpos.
    
    Hay una posición especialmente excitante para ella y ello sabe, así que, sin sacar su miembro de la vagina de mi adorable y excitada esposa, pasa un de sus piernas por el frente de su pecho y la coloca a ella de costado, continuando ahora la penetración como si estuviera colocado detrás de ella. Esto le da libertada para maniobrar y mover su pene en diferentes direcciones dentro de su vagina, lo cual eleva al máximo los niveles de excitación de ella y empieza a gemir con cada embestida, como si en cada golpe le produjera un dolor, pero al parecer una ...
    ... sensación agradable, porque ella tira con sus manos de las piernas de aquel para que siga concentrado en ese movimiento.
    
    Las embestidas van y vienen, y ahora él decide que ella se apoye en las rodillas sobre la cama, de modo que la sigue penetrando, pero ahora en la posición de perrito, donde él puede acariciar el cuerpo de ella a su antojo y retirarle la chaqueta, que hasta ese momento aún no se la había quitado. Ella sigue vestida, ahora solo con su lencería, pero eso no impide que aquel siga y siga bombeando dentro de la húmeda y ansiosa vagina de mi deseosa y puta esposa.
    
    Lo que sigue ahora es otro cambio de posición y, sin sacársela, el vuelve a llevar a mi esposa a recostarse de espaldas en la cama, asumiendo el la posición dominante del misionero, momento para el cual ella está más que excitada, de modo que aquel, dándose cuenta, empieza a bombear más rápido y con más vigor, hasta que llega al máximo y se retira, chorreando su semen en la cara de mi esposa, mientras ella aun gime de placer, y que, sin dudarlo, toma aquel miembro en su boca y lame con placer los restos que quedan en ese inmenso y palpitante glande. Él se levanta, ahora, y se va al baño, dejándola a ella con sus piernas abiertas y todavía temblorosas, su coño húmedo y palpitante, y con la vagina totalmente roja por los embates interminables de aquel.
    
    Al rato vuelve, se recuesta a su lado, la besa, y empieza el mismo ritual de preguntas que al principio. ¿Te gustó? Si, dice ella. Te sentí más ...
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