1. En juego.


    Fecha: 17/08/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... euros y la euforia se apoderó de mi. Me avalancé sobre Ainhoa y la abracé con todas mis fuerzas.
    
    - Vaya chico ¿Tan importante es ese juego?-
    
    - Cariño, si ganamos nos llevamos una pasta cada uno y encima nos seleccionan para otro torneo con un premio aún mayor. -
    
    - Entonces mejor no te distraigo, niño rata. -
    
    Le saqué burla con un tono satírico y ella sonrió, dios, su sonrisa parecía esculpida por el mismísimo michelangelo Buonarroti.
    
    El tiempo de espera entre partidas se estaba acabando y yo me encontraba sentado al borde del sofá con las piernas abiertas y los codos sobre mis muslos, sosteniendo con el cuerpo tensado el mando de la videoconsola. Pronto me encontraba dando órdenes de nuevo, la duración establecida era de treinta minutos, sería una partida dura.
    
    Ainhoa se levantó con las manos entrelazadas tras su espalda, hasta el momento no me había fijado que llevaba un corto vestido veraniego rojo, me quedé embobado durante unos segundos hasta que el grito de uno de mis compañeros me trajo de nuevo a la vida, me habían matado y eso había perjudicado a mi equipo en el marcador. Grité enfurecido y Ainhoa soltó una risita de satisfacción, sabía perfectamente lo que estaba haciendo, conocía el juego que la rubia se traía entre manos y no podía permitir que me distrajera de esa manera.
    
    Lo intentó hacer nuevamente, se contoneaba a mi alrededor, como queriendo fingir que buscaba algo, pasaba por delante de mi poniéndome ese hermoso culo duro delante de la ...
    ... cara, pero yo intentaba con todas mis fuerzas concentrarme en la partida.
    
    Disgustada por mi reacción indiferente atacó con toda la artillería, mi corazón comenzó a latir más fuerte cuando la vi arrodillarse entre mis piernas y apoyar su cabeza en mi rodilla. Mire hacia abajo confundido y ella me sonrió perversamente, me volvieron a matar, mi grupo comenzaba a enfadarse conmigo ya que había jugado durante toda la partida de manera muy poco profesional. Intenté ignorarla nuevamente y aparté mi vista de ella.
    
    Me estremeció el inesperado contacto de su mano sobre mi entrepierna, sin previo aviso habia comenzado a acariciarme por encima del calzoncillo y yo no me iba a oponer, pero tampoco podía abandonar el torneo. Me encontraba entre la espada y la pared, así que simplemente dejé fluir la situación y di a Ainhoa la libertad de hacer cuanto quisiera con mi polla.
    
    No tardó demasiado en liberarla de sus ataduras de tela, su mano estaba fría y yo duro y ardiendo, me estaba costando respirar con normalidad y pronto llegué a la conclusión de que no podía gemir en plena partida, así que más me valía contenerme. Acariciaba el tronco con sus dedos de manera pausada, me estaba volviendo loco. Noté como se acomodaba entre mis piernas y de manera repentina su lengua recorrió todo mi pene en una lamida lenta, un gemido intentó salir de mi, pero me frené con todas las fuerzas que me quedaban. No pareció gustarle, le dediqué un mirada furioso y ella me devolvió un gesto de enfado ...
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