1. Solo por probar


    Fecha: 20/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... que ¿piensas arrancar para otro lado? No, dijo riendo. Y ¿cómo haríamos?, preguntó con curiosidad. Pues, se me ocurre, que, igual que cuando estuvimos en Punta Cana, yo me quedo en el balcón mientras tú realizas tu show. Eso sí, una vez termines lo despachas, porque no me voy a quedar a dormir allí, ¿verdad? Claro que no, respondió ella, además estamos hablando de una posibilidad. No se puede anticipar nada. Hay que probar…
    
    Bueno, pero te veo como muy interesadita en el tipo ese. ¿Es que se te despertó la calentura? No, dijo. La verdad, a simple vista me ha parecido una persona interesante y tal vez me llama la atención saber un poco más de él. Quizá sea esta la oportunidad, porque no se sabe si está alojado en el hotel y si hubiera chance de volverlo a encontrar. Pues, si es sólo para eso, yo lo puedo invitar a que nos acompañe a tomarnos unos tragos. No cambiemos las cosas, dijo ella. Bueno, comenté, entonces sigue el plan. Voy a darme una vuelta, por ahí una media hora, antes de subir. Y si, cuando abras la puerta de la habitación, el televisor está apagado, quiere decir que la habitación es de ustedes, y, como siempre, trataré de no intervenir. Bueno, amor, te lo agradezco, respondió.
    
    Salí de allí y la dejé sola en la barra, bebiendo un cóctel. Me di una vuelta por el bar, me tomé vodka con jugo de naranja y, pensando que ya era tiempo, emprendí mi camino hacia la habitación, pasando de nuevo por la discoteca. Me asomé, como quien no quiere la cosa, y pude ...
    ... comprobar que el caballero ya le hacía compañía. Él estaba sentado al lado de ella, en el mismo lugar que yo ocupaba hacía un rato, y parecían charlar animadamente. Y, mientras subía a al ercer piso, habitación 306, me quedé pensando en cuánto tiempo habría tardado aquel en caerle a mi mujer al verla sola, o cómo habría sido la cosa.
    
    Cuando llegué, bajé la intensidad de las luces, cerré las cortinas de la ventana y me instalé en las pequeñas sillas dispuestas en el balcón. Las cortinas eran muy livianas y transparentes. La habitación se oscurecía totalmente si se usaban los “black outs”, pero no era esa mi intención, de modo que supuse que, al entrar y dirigir ellos la mirada hacia allí, fácilmente se notaría mi presencia. Una parte de mí estaba convencida de que nada iba a pasar aquella madrugada, pero otra imaginaba a mi mujer llegando con este hombre para tener su aventura sexual, allí mismo, en frente de mí, y eso, de solo imaginarlo, me excitaba.
    
    Mientras esperaba me dediqué a observar la vista que había desde allí hacia la piscina del hotel, el tránsito de varias personas que circulaban de un lugar a otro, parejas que permanecían sentadas alrededor de la piscina, charlando y tomándose unos tragos. Todo normal. Cuando, de repente, pasadas tal vez unas dos horas desde que los dejé, se sintió el ruido de la puerta al abrir. El pulso se me aceleró y quedé a la expectativa…
    
    Ella abrió la puerta y fue entrando a la habitación, seguida por él, quien tenía sus manos puestas en ...
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