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Una historia de la Segunda Guerra Mundial
Fecha: 22/08/2023, Categorías: Hetero Autor: Forman, Fuente: CuentoRelatos
Todo ocurrió en Noviembre de 1941. Me llamo Masha, soy rusa y tengo un hijo, Alexei de 60 años. Ahora mi edad es de 93 y sigo recordando aquellos viejos tiempos. Aquel día salí a trajinar leña y ordeñar las vacas cuando sentí un cuchillo en mi garganta y una mano en mi boca. -Calla infeliz si no quieres nos maten!! Me dijo en un ruso no exento de acento alemán. Aquellos soldados alemanes tenían la orden de matar a cada hombre, mujer y niño se cruzaran por su camino. Eran las Einsatzgruppen de Adolf Hitler y estábamos en guerra. Me metió en casa y esperó a que su compañía se dispersara. -Quién es este, mamá? -Dijo el pequeño Alexei. -Shhh silencio. No sé pero nos ha salvado la vida. Se llamaba Uwe y era un alemán ario, rubio y fuerte. Un desertor. Uwe se quitó su guerrera y depositó su pistola Lüger encima de la mesa. Con esto dejaba claro era un oficial alemán. Comandante para más señas. Pasaron los días y no podía más. Necesitaba un hombre ya. Yuri, mi marido, había desaparecido entre las filas de Stalin. Nada se sabía de él y me estaba enamorando de un alemán aún a riesgo de mi vida. Cuando Uwe y Alexei en noches dormían plácidamente me levantaba de mi cama y me masturbaba pensando en Yuri en frente de las exiguas brasas quedaban de la cena anterior. El calor de las mismas calentaban mis piernas y mi coño como si fuesen un hombre de verdad. Metía mis dedos hasta el fondo de mi raja, me acariciaba los pechos y frotaba mi clítoris como ...
... una loca en silencio para no despertar al alemán ni a mi hijo. Siempre alcanzaba mis orgasmos y muchas veces imaginaba a Uwe me contemplaba desde su estancia. Eso me ponía terriblemente cachonda el saber había un hombre en mi casa. Había veces que con solo excitar mis pechos ya llegaba al orgasmo. Era una mujer realmente necesitada de cariño y de verga además de estar en la plenitud de la vida. Mierda de vida. En guerra, alimentación de subsistencia, sin compañía a excepción de un traidor y responsable de un hijo. Traer hijos a este mundo... para qué? Para ver esto o la pandemia nos asola ahora?? Lamentable. Pero hubo un día en el que Alexei se acostó más temprano que tarde. Mientras limpiaba los vajillos de la cena Uwe se me acercó por detrás. Desde aquel bendito día nos salvó la vida jamás había sentido su aliento más cerca. Me cogió de los pechos y me besó el cuello con pasión y yo me dejé hacer en frente del fregadero. Me di la vuelta y me abrazó como un loco. Toda la choza me daba vueltas y una tremenda excitación desde lo más profundo de mi reptiliano cerebro me puso cual hembra en celo. Hacía tres años que no me acostaba con un hombre y a Uwe no le iba a hacer ascos. Lo necesitaba. Nos dimos poco tiempo, la verdad. Estábamos ansiosos. Me puse de rodillas, bajé sus pantalones otrora de Yuri y comencé a chupar su polla. Una polla grande y fuerte de unos 18-19 centímetros. Me supo a gloria mamar eso. Era bastante más grande que la de Yuri y sus huevos estaban ...