1. Llamando a mi virginidad


    Fecha: 23/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Yesska, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía una verga de 18 centímetros medidos por ella, y su vagina, que la hacía gemir como no teníamos idea, principalmente cuando se la metía de perrito, su posición favorita y con justa razón, y que de hecho le preocupaba que su mamá la fuera a regañar, porque cada que podía llevaba a su novio a su casa para hacer tarea. Cosas así y más les gusta hablar frente de mí.
    
    Por mí parte, me gustaba imaginar que yo era cualquiera de ellas y que me tocaba gozar a sus respectivos novios, y para ser honesta no pocas veces he tenido que ir al baño a limpiar la humedad que en mi bikini provocan sus lujuriosas anécdotas. Y hablando de mis amigas, debo decir que cada una tiene lo suyo. Por ejemplo, Vanessa es una chica alta de 1.68, cabello castaño, y con un par de tetas que podrían enloquecer a cualquiera, malamente para ella no tiene nada de culo; y Daria es lo contrario, con su 1.55 es la más bajita, y a pesar que tiene un culo casi como el mío, sus tetas apenas y con relleno se notan.
    
    Sé que luzco algo engreída y criticona, pero yo no envidio sus cuerpos, sino aquellas aventuras que tienen con sus novios, pienso que coger debe ser tan rico como cuentan. Y volviendo al momento aquel, eventualmente salió la pregunta incómoda:
    
    Daria: ¡hey, Karla! ¿Sigues con nosotras u otra vez estas soñando despierta?
    
    Vanessa: yo no me voy a quedar conforme hasta que nos cuentes la verdad. Ya neta, ¿cómo fue tu primera vez? Porque ni siquiera nos has dicho el nombre del sujeto ese, así que ...
    ... cada vez dudo más de tu historia.
    
    Karla: ¡Eh!, pues ya se las he contado antes, no hay nada más, lo juro. Mejor explícate más, ¿qué tal dices que se siente cuando te entra?
    
    Como recordarán me desvirgué al caer de una bicicleta, así que rápidamente cambié de tema, como suelo hacerlo, y vaya que me alegró que el profesor regresara al aula justo en ese momento, y más aún porque no hubo proyector, y como es algo flojo decidió que nos dejaría ir temprano por tal motivo.
    
    El resto del día fue irrelevante, y ya para terminarlo, esa noche tomé mi baño de rutina: me quite las bragas, o más bien mi tanguita rosa de encaje, que estaba bien metida entre mis pompas; y el sostén del mismo conjunto, que parece que quería estallar, por mis prominentes atributos. Esa noche en particular me sentía caliente, por lo explícitas que fueron mis amigas, traje todo el día en mente sus historias.
    
    Me encantó la sensación de libertad en mi cuerpo, tocar mis tetas y jugar un poco con ellas, haciendo pequeñas caricias, y en algunas ocasiones tocar mi clítoris, ya que aún no me animo a bajar más allá, todo esto mientras imaginaba como Vanessa lamía esa reata toda tiesa, saboreando los jugos que le sacaba; o como Daria se ponía a gatas y con esas nalgas que tiene recibía la verga de su novio completita. No me explico cómo es que me pone cachonda imaginarlas a ellas también. Creo que cada vez me vuelvo más depravada por culpa de estas pendejas jajaja.
    
    Al salir de la ducha, noté que eran las 11 de ...
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