1. En la cola del concierto


    Fecha: 27/08/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    “Voy a comprar una botella de agua y algo para picar”
    
    Después de que mi novia Olga se ha ido he tenido tiempo de mirar la larga cola que hay delante de nosotros y sobre todo la larguísima que hay detrás. Hay gente variopinta pero sobre todo chicas, muchas chicas
    
    Delante tengo dos de ellas muy animadas… vestidas a la moda y con aire de ser veteranas en este tipo de eventos.
    
    Detrás una mujer de mediana edad que acompaña a un grupo de adolescentes entre doce y catorce años, que están enloquecidas por su primer concierto de alguien tan famoso.
    
    Vuelvo a mirar al frente y me doy cuenta que las dos son de las que llaman la atención tanto por su aspecto como por lo que hacen.
    
    Una viste unos pantalones vaqueros ajustados, zapatones y un top que deja al descubierto todo el vientre. Toda su ropa está tan pegada al cuerpo que parece que se la han pintado encima. Tiene un culo espectacular y un pecho rotundo que insulta la ley de la gravedad, marcando sus pezones a través de la camiseta.
    
    La otra viste una faldilla muy corta, con vuelo, dónde destacan sus largas piernas. Lleva unos calienta piernas de vistosos colores y también unos zapatos de plataforma que la hacen parecer más alta, al tiempo que da la sensación de que nos va a enseñar las nalgas en cualquier momento. Su trasero respingón hace que la falda se separe y parece ofrecer espacio para poner toda la mano y así poder acariciar las sus curvas de su culete.
    
    Mi mente divaga e imagino pasar un rato con una o ...
    ... con la otra. Me encanta la ensoñación. Las dos tienen unos cuerpos despampanantes y sobre todo tienen un polvazo. Entre ellas comparten los auriculares de su reproductor de música. Se contonean siguiendo los distintos ritmos y bailan acompasadas como hacen las bailarinas que suelen acompañar a los cantantes famosos.
    
    Las niñas de detrás están muy excitadas y no dejan de jugar y empujarse entre ellas. Sus juegos conducen irremediablemente a que una de las veces me empujen y yo tropiezo con la chica de los jeans.
    
    Ella se vuelve y sin decir nada me sonríe dando a entender que no le ha molestado el empujón, y continúa con su baile particular con la compañera.
    
    Es guapa, pero lo que más me llama la atención es su “imagen de guarrilla” que amplifica con su maquillaje expresamente diseñado para transmitir esa idea.
    
    Después de unos instantes, esta chica le quita el audífono a su compañera y se pone a cuchichearle al oído. La otra se ríe, luego da un gritillo de aprobación y vuelve la cara para mirarme. Vuelven las dos a bailar un instante y luego se ponen a pasar mensajitos al oído. No sé qué pensar, pero anticipo problemas. No hay mensaje más claro y peligroso que ver dos chicas cuchichear entre ellas, mirar a alguien y luego reír de forma entrecortada. Algo están maquinando y es posible que sea yo el objetivo.
    
    Desvío la mirada hacia mi costado, mirando al infinito, tratando de disimular. De repente doy medio paso atrás, quizás he perdido el equilibrio y sin querer le he ...
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