1. Dominada por mi ginecólogo


    Fecha: 05/09/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... engullir todo eso.
    
    —Es imposible que me quepa.
    
    —Abre la boca y obedece. —Me agarró de la barbilla y separó mis labios—. Y pobre de ti que me muerdas, ahueca las mejillas y esconde los dientes o te castigaré y mis castigos no son suaves —me advirtió.
    
    Traté de hacerle espacio pero no estaba lista para algo tan grande en cuanto tocó el fondo de mi garganta creí ahogarme. Las arcadas no se hicieron de rogar.
    
    —Respira y todo irá bien. —Fue lo único que me dijo mientras me agarraba del pelo y me follaba literalmente la cara. No fue delicado, nada delicado. Su glande me golpeaba una y otra vez la campanilla mientras el gruñía desatado. Traté de relajarme, pero era imposible, cada vez se volvía más y más brutal. —Eso es voy a correrme, quiero que guardes mi semen en tu boca y cuando termine de correrme lo mostrarás a cámara y te lo tragarás. —Me daba mucho asco, nunca había hecho eso. Noté el semen inundar mi boca, el cuerpo del doctor se puso rígido corriéndose abundantemente como había prometido. Cuando terminó se bajó, cogió el móvil y me enfocó los labios. Los separé mostrando toda su leche—. Muy bien puta ahora traga. Así lo hice, notando aquel sabor acre deslizarse por mi garganta.
    
    El doctor detuvo la máquina, me sacó el espéculo y se dedicó a azotarme la vagina con la palma de la mano.
    
    Mi cuerpo vibraba, mi sexo pedía más, mis piernas se separaban y la pelvis se impulsaba sola en busca de aquella mano castigadora.
    
    —Mmmmm, así es como me gusta un coño, ...
    ... hinchado, rojo y lubricado. Apuntó con los cinco dedos a mi entrada y me penetró arrancándome otro grito.
    
    —Por-por favor no pares. —le supliqué. Con mi ruego me gané un azote brutal sobre el clítoris.
    
    —A mí no se me tutea perra, soy tu amo y si quieres tu premio tendrás que tratarme con respeto.
    
    —Sí amo, lo-lo, siento amo —Los golpes se volvieron picantes, el puño entraba y salía con facilidad alcanzándome la matriz, volvía a estar al borde del orgasmo—. Necesito correrme amo, por favor.
    
    —Muy bien perrita pero cuando yo lo diga.
    
    Quitó la mano y agarró un bote de los que se usan para analizar la orina.
    
    Sus dedos se pusieron a friccionar mi clítoris que estaba cercano a estallar.
    
    —No puedo, no puedo —me lamenté.
    
    —Ahora. —gritó sin dejar de masturbarme y acercando el bote a mi sexo.
    
    Había escuchado que las mujeres podían eyacular, pero no sabía que yo también. Grité y grité vaciándome por completo hasta llenar aquel botecito con mi corrida.
    
    El doctor sonrió y cuando lo tuvo hasta arriba lo trajo hasta mis labios y dijo:
    
    —Bebé, este ha sido mi regalo para ti. —Sin tener voluntad para decir lo contrario dejé que lo vertiera en mi boca saboreando mis propios efluvios—. Muy bien zorra, lo has hecho muy bien, a partir de hoy no te negarás a nada de lo que te exija, serás mi puta hasta que me canse de ti y me darás las gracias siempre. ¿Entendido?
    
    —Pero amo, mi marido….
    
    —Tu marido será un cornudo, no hay nada que me dé mayor satisfacción que follarme ...
«1...3456»