1. Costa oeste, de Los Angeles a Las Vegas


    Fecha: 07/09/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... momento parecia mas “humana”.
    
    Se volvió a poner el vestido, y nos acompaño hasta la mesa donde estábamos.
    
    Nos quedamos tomando una copa, resoplando un poco, y recuperando la serendidad. Cuando volvío, se sentó un momento, y nos dió una tarjeta.
    
    -no hago servicios de escort, solo soy bailarina y actriz. Pero si quereis y estáis por aqui mañana, no trabajo. Llamádme, y nos vemos en algún lugar.
    
    No me quedó claro si se ofrecía o nos invitaba, pero la verdad es que me dio igual. Es la travesti más espectacular que he visto nunca, y he visto unas cuantas, bastantes diría yo.
    
    Nosotros con el calentón, y a dos belas, se nos acercó el asiático que había echo el numerito un rato antes.
    
    Se sentó, y Anna, visiblemente ofendida, le avisó:
    
    -no nos interesa solo un baile. Ok?
    
    El chico sonrió, y nos dijo que si queriamos venia a nuestro hotel. Asi sin más.
    
    -ok, tenemos el coche fuera, pero traete a un amigo.
    
    Se fue, y volvió a los dos minutos con su amigo del numerito, un negro cachas, todo el enorme.
    
    Salimos los cuatro fuera, eran casi las siete de la mañana. El chófer ya no era el de antes.
    
    -llevenos a un hotel por horas porfavor.
    
    DIcho y echo, nos metimos los cuatro en el coche. Anna y yo estábamos sedientos de polla, y aquellos dos tenían para dar y regalar. Abrimos un champagne, y nos pusímos al lio. Anna al negro y yo al asiático. Menudas trancas.
    
    Llegámos al hotel, muy rápido. Entramos en un parking cubierto, y aparcó al lado de una puerta ...
    ... gris, con el pasillo cortado por cortinas, para que nadie nos viese salir. Bajámos, y se abrió la puerta gris, como desde un interfono.
    
    Entramos y tras una seguna puerta, había una habitación enorme, con una cama redonda muy grande en medio, y un sofá de esos con ondulaciones para hacer posturitas.
    
    Antes que nos pusieramos cómodos, llamaron a la puerta de la habitación, y una espécie de buzon, apareción con una factura de trescientos dólares.
    
    Los puse, y ya está.
    
    Cuando me dí la vuelta, Anna estaba emparedada entre los dos gigolos, ya practicamente desnuda. El negro le comía las tetas, y el otro el culo. Ella me miraba y sonreía.
    
    Me desnudé y me uní a la fiesta. Los dos chicos me dieron polla durante unos minutos, mientras ANna me preparaba el culo con lubricante, y sus maravillosos dedos.
    
    Llevaba unos cuantos dias haciendo bondad con mi culo, asi que le costó bastante dilatarlo.
    
    Cuando estuve liso, me puse a cuatro patas en la cama. El negro me agarró por las caderas, y me fue introduciendo su polla poquito a poco, pero hasta dentro, sin parar. La sacó, y repitió la operación. Asi unas cuantas veces, hasta que en una de ellas, se detubo. Entonces me agarró por los hombros y empezó a follarme a saco. Sus gemidos hacian que los mios no se escucharan, y yo estaba muerto de gusto.
    
    Alcancé a abrir los ojos, para ver a Anna, justo a mi lado, y en la misma postura, follada por el asiático.
    
    Me puse boca arriba, y ellos se cambiaron. Mi mujer hizo lo propio, ...
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