1. Rosa, rosae


    Fecha: 08/09/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... momentos. Inevitablemente mi polla empezó a crecer. Intenté echar el culo para atrás para evitarlo, pero la presión de la multitud impedía que me pudiese separar ni siquiera un milímetro.
    
    Estaba empalmado a más no poder. La notaba durísima, palpitando, pegada contra el culo de Rosa, y de repente ella volvió la cabeza y me miró con la sonrisa más sensual y pícara que una mujer puede dirigir a un hombre. Yo era tan inocente por aquella época y estaba tan cortado por la situación, que pensé que ella no estaría notando mi erección, así que yo le sonreía distraídamente y ella volvía a mirar para adelante. Los frenazos y acelerones del autobús no ayudaban, y yo cada vez estaba más excitado. Ella seguía volviendo su cabeza y sonriendo. Yo estaba desconcertado, pero la excitación me hizo hacer algo totalmente inesperado incluso para mí. Como estábamos tan pegados y sabía que aunque frenase el autobús no podía caerme, bajé la mano que tenía agarrada a la barra del autobús, y disimuladamente se la posé en la cintura. No podía tocarle el culo ni las tetas aunque quisiera porque no había sitio, pero al menos a su cintura sí conseguí llegar. Al hacerlo esperé su reacción, y ella nuevamente se limitó a volver su cabeza y sonreír mirándome a los ojos. Aquello casi hizo que me corriese. Venciendo la vergüenza le devolví la sonrisa, pero esta vez era una sonrisa distinta, ahora sabía que no le disgustaba mi mano en su cintura, y al sonreír me mordí el labio de abajo.
    
    El viaje no dio ...
    ... para más. Al llegar a la parada del instituto, ella salió delante y saludó a otros alumnos más parlanchines y yo caminé hasta el instituto detrás de ellos, cubriendo mi erección con la carpeta que llevaba en la mano y disfrutando de ese culo perfecto que ahora deseaba más que nunca.
    
    En cuanto entré al instituto me dirigí a los servicios a masturbarme. Al abrirme el pantalón comprobé que tenía el calzoncillo totalmente empapado y que incluso la humedad había calado al pantalón. Menos mal que llevaba el jersey. Fue una paja muy rápida porque estaba más excitado de lo que lo había estado nunca, pero al mismo tiempo fue un orgasmo tan intenso que me dejó exhausto.
    
    Tras aquello no volvimos a coincidir de un modo tan íntimo. Nos cruzábamos de vez en cuando en el instituto y siempre me dedicaba una sonrisa especial, pero en clase ni un solo detalle que denotase algún tipo de trato distinto al resto. Yo me mataba a pajas pensando en ella. Se había convertido en mi obsesión. Ella nunca me hizo ningún gesto ni nada que me hiciese pensar que aquello podría llevarnos a más, pero lo cierto es que al finalizar el curso, mi nota en latín había subido hasta el 6,5.
    
    Tras las notas decidimos hacer una cena de fin de curso a la que invitamos a los profesores. Nada especial teniendo en cuenta que teníamos todos 18 años. Fuimos a un chino próximo a la plaza mayor, y al terminar de cenar, la mayoría se fueron a sus casas, salvo unos cuantos que nos fuimos a tomar algo. Era una discoteca de ...
«1234...9»