1. Buscando amigas


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... interior, nos reímos, ella sentada al borde del lecho yo en un silloncito frente a ella, no hablábamos solo reímos. Hablamos de trivialidades sin dejar de sonreírnos todo el tiempo, casi sin notarlo, una segunda botellita nos fue poniendo en clima más acorde a la situación, momento propicio para un brindis por nosotros, por cómo se había dado la magia de encontrarnos y esta deliciosa locura de acá y ahora.
    
    El alcohol la había desinhibido, se dejó caer de espaldas sobre la cama, por momentos se miraba refleja en el espejo del techo como evaluándose los gestos que ensayaba, se lo hice notar y reía dando vueltas en la cama, haciendo mohines y graciosos giros como una niña y sin dejar de sonreír, me aproximo a ella para hacerle una cosquilla, alarga los brazos y me toma, aprieta sobre su pecho y me da un profundo beso.
    
    El contacto con sus labios, húmedos y la lengua activa en mi boca, llenarme de su perfume, sentir su respiración agitada. Se dejó estar sobre el lecho, recostado a su lado contemplando esa espléndida mujer, su serena belleza, la expresividad de los ojos parecen indicar cierto grado de excitación, fija su atención en mí, en un momento me dice:
    
    -Te dejé mi marca, tienes mi rouge en el labio y en la cara. –sonríe y con el dedo pulgar humedecido en sus labios trata de borrarlo
    
    -Sabes una cosa... jamás me imaginé conocer, menos aún que llegáramos a esto, pero no quiero olvidarlo, se ha producido como por arte de magia, ahora lo necesito, no podría vivir sin ...
    ... sentirme tuya.
    
    Enseguida me pides: -Sácate esto, tocando la camisa que tenía puesta, -¿Por qué no lo haces tú?
    
    Sentada comienza a desprender los botones, uno a una, lenta y perezosa tarea, la abre y besa el pecho, en gracioso y sensual gesto, lame mis pezones, gusta lamerme la piel, retribuyo la gentileza con mi mejor sonrisa. Me salgo de la cama, ella se queda expectante, mirando como me desprendo del pantalón, mira el bóxer y nota lo excitado que estoy, aprecia el estado de mi erección y me regala una sonrisa de aprobación.
    
    La despojo de su camisa de seda blanca, levanta los brazos ayudando, los pechos llenan totalmente el soutién, colman su capacidad y rebasa por encima, el delicado encaje no puede con la erección de los pezones, se marcan en la tela, presionando en busca de libertad, ahora es turno de la falda, suelto el broche y jalo hacia abajo, se tiende de espaldas, arquea la pelvis hacia arriba, la deja escapar, deslizar por sus piernas. Estamos en igualdad de condiciones, solo las íntimas prendas para acrecentar el sentido de intimidad, regodeo la vista en la contemplación de este soberbio ejemplar de mujer, ansiosa pero calma, caliente pero mesurada, anhelante pero cauta, deseo salvaje pero pudoroso recato, pasional deseo pero morosa en la entrega.
    
    El sutil juego del cortejo entra en su etapa final, le gusta, disfruta esa silenciosa admiración, nota que fijo mi atención en la bombacha de encaje negro, no era tanga pero igualmente pequeña, elogio lo bien ...
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