1. Bailando por un sueño


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    El viernes, después de una semana bastante atareada, se me ocurrió invitar a mi esposa a salir, tal vez para pasar un rato fuera de casa y relajarnos de las actividades cotidianas. En principio, la idea era ir a cenar a algún sitio que no hubiésemos conocido previamente, de modo que decidimos acudir a una zona gourmet de la ciudad, reconocida por contar con diferentes ofertas gastronómicas.
    
    Llegados al lugar, optamos por probar la cocina árabe. La velada transcurrió tranquila. Después salimos del lugar y, caminando por el sector, se nos ocurrió entrar a un bar donde, animados por unos cócteles, se nos subió el entusiasmo y quisimos extender la noche de alguna manera. Estando allí, indagamos si había alguna discoteca cerca o un lugar para escuchar música. Se nos indicó que muy cerca de allí había varias discotecas y que podíamos ir caminando si queríamos. Y, no teniendo otra cosa que hacer, así lo hicimos.
    
    Habíamos andado unas cuatro cuadras cuando empezamos a ver distintos locales y, nos decidimos entrar a uno que nos pareció bastante animado, donde se escuchaba música de salsa. Entramos y, de verdad, el lugar estaba bastante animado, así que no dudamos y decidimos quedarnos allí. Nos acomodamos y empezamos a disfrutar de la música, bailando todo lo que sonaba. Pasado el tiempo y, viendo que estábamos bastante contentos y que la noche prometía ser larga, decidí ir por mi vehículo y dejarlo en un parqueadero próximo al sitio donde nos encontrábamos.
    
    Le dije a mi ...
    ... esposa que iba por el carro, de modo que lo tuviéramos cerca cuando decidiéramos irnos. Ella estuvo de acuerdo y se ofreció a acompañarme. Le dije que no era necesario y que, además, si dejábamos libre la mesa, corríamos el riesgo de que se la asignaran a otras personas, así que yo prefería que ella se quedara. Estuvo de acuerdo y me pidió que no me demorara mucho.
    
    Entre ir y volver me habría tardado unos cuarenta minutos. Cuando finalmente volví a la mesa donde nos habíamos instalado, no la encontré. Pensé que seguramente estaba en el baño y me senté a esperarla, sirviéndome un trago, pues la botella de ron, los vasos y los complementos estaban allí. La música estaba bastante animada y, mirando a la pista, pude ver que ella estaba bailando con alguien. Me quedé detallando la escena y vi que estaba bastante entretenida, bailando animadamente con su pareja, un muchacho moreno, aparentemente joven y de buena presencia.
    
    Cuando la tanda de música cesó, ellos volvieron a la mesa. Mi esposa, de manera espontánea, me presentó al muchacho con el que bailaba. Jorge era su nombre. ¿Y eso? pregunté. ¿De dónde apareciste? le pregunté al muchacho. No se preocupe, me dijo, estaba sentado en la barra tomándome unos tragos, vi sola a la señora en la mesa y me animé a invitarla a bailar. No era nada más. ¿Y qué más podría ser, acaso? No, nada. Solo espero que no le moleste que la haya sacado a bailar. No, tranquilo, le contesté.
    
    Y, continuando la conversación, pues él se había sentado con ...
«1234...»