1. Bailando por un sueño


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... dónde íbamos. El muchacho, ya instalado en su puesto, no perdió el tiempo. Por el espejo retrovisor vi como abordaba a mi esposa, abrazándola, besándola con intensidad y acariciando sus piernas por debajo de su falda. Y en todo el camino hacia el destino fue así, como dos enamorados con apremio por terminar lo comenzado.
    
    Yo conducía sin destino previsto, pero, con el paso de los minutos, fui dirigiéndome a la zona de moteles ya conocidos y entré en uno de ellos, que anunciaba tener habitaciones libres a esa hora de la noche. Estacioné el vehículo y le pedí a mi esposa que fuera a la recepción y arreglara el tema de la habitación, indicando que íbamos a entrar tres personas. Y así lo hizo, sin poner reparos. Yo me quedé con el muchacho un poco más atrás de ella. Mientras caminábamos le dije, bueno joven, lo que empezó termínelo rápido, por que con tanto preliminar ella se enfría y la cosa no funciona como parecía estar en la discoteca. No dijo nada y solo siguió caminado a mi lado.
    
    Llegamos a donde estaba mi esposa, quien se adelantó y nos dijo. Ya todo está arreglado, tercer piso, habitación 307. Así que nos dirigimos al ascensor. Era pequeño, así que permití que ellos entraran y les dije, vayan subiendo, yo les llego en un momento. Voy a pedir algo para beber. Fui al bar, solicité un servicio de ron, coca-cola, limón, hielo, vasos, maní y uvas pasas, pidiendo que me lo hicieran llegar a la habitación. Y me dirigí hacia allá.
    
    Cuando llegué, estaban sentados en la ...
    ... cama, atentos a mi llegada. Y una vez adentro, como si hubiera estado concertado, aquel se abalanzó sobre mi mujer, la abrazó, la besó y empezó a desnudarla. Lo hizo rápido, sin pausa, dejándola vestida tan solo con sus medias y zapatos negros. A continuación, frente a ella, que ya estaba tendida acostada en la cama, se fue desvistiendo. Fue en ese momento donde tanto ella como yo vimos el enorme pollón, erecto y palpitante, que aquel se gastaba.
    
    Quizás a mi esposa le hubiera gustado probar ese provocativo miembro, antes que nada, pero aquel no dio tiempo para más preliminares y, sugiriendo que se colocara boca abajo, la abordó desde atrás, penetrándola, de inmediato, en posición de perrito. Así, de esa manera, aquel muchacho pudo disfrutar del cuerpo de mi esposa a gusto, acariciando sus senos mientras la embestía desde atrás, empujando con vigor. Yo podía ver cómo aquella enorme y dura verga entraba y salía del cuerpo de mi mujer, humedecida y brillante.
    
    Muy rápido mi esposa empezó a gemir, a medida que aquel hundía cada vez más rápido y profundo el sexo de ella que, con cada embate, mostraba gestos de placer, moviendo sus caderas y ofreciendo a aquel muchacho sus nalgas, dispuesta a ser poseída en su totalidad por aquel macho que, excitado por la visión de aquella mujer, dispuesta para él, se esforzaba por no desentonar y extender el momento lo más que pudiera.
    
    El joven tomaba a mi esposa por las caderas y, de manera acompasada y rítmica, la atraía hacia su miembro. ...
«1...3456»