1. Bailando por un sueño


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... yo. Me imagino, y temo no equivocarme, que usted ha restregado su pene contra el cuerpo de ella mientras bailaban, o ¿no? Y seguramente ella estará pensando que usted se la quiere comer, de manera que ambos estarán suponiendo lo que el otro quiere. Pues sí, dijo él. Y ¿acaso usted ya le dijo que quiere estar con ella? Si, me dijo. ¿De verdad? ¿Y qué le contestó ella? Que a ella le encantaría, pero que todo dependía de usted. ¿Cómo así? repliqué. Pues que, si ella estuviera sola, de pronto ya nos habríamos ido. Pero que, estando usted presente, ella requiere de su aprobación.
    
    Y ¿qué le hace pensar que, si ella estuviera sola, ya se habrían ido? Porque ella está bastante excitada, dijo. Mejor dicho, ambos estamos que nos comemos. No me diga, y ¿qué espera que yo diga? Pues, no sé. Tal vez que usted consienta que ella tenga la libertad de estar conmigo, si ella quiere. Y, usted, ¿ya ha hecho esto antes? pregunté. ¿A qué se refiere? dijo él. Pues a pedirle permiso al marido para follarse a la esposa ¿le parece poco? Pues, como ella dijo que todo dependía de usted, yo le dije que si quería yo le comentaba y que esperáramos a ver que nos decía.
    
    En ese instante ella volvió. Se había retocado el maquillaje y pintado los labios, de modo que estaba en modo conquista, digo yo. Sin embargo, una vez llegó a la mesa, estuvimos sentados, sin cruzar palabra, mientras escuchábamos dos o tres piezas musicales. Luego de esto la saqué a bailar. Estuvimos bailando toda una tanda de ...
    ... música, mientras que aquel muchacho esperaba paciente y expectante el desenlace, pero no hablamos del asunto con ella, para nada.
    
    Cuando volvimos a la mesa fue ella quien, compasiva con aquel, lo invitó a bailar. Y, cuando él avanzaba detrás de ella rumbo a la pista de baile, le dije, bueno, convénzala y yo estaré de acuerdo. Vi cómo, casi desde el principio del baile, aquel muchacho estrechó su cuerpo con el de mi mujer y le musitaba algo al oído. Y lo que le dijo debió tener su efecto, porque al poco rato se besaban mientras bailaban al ritmo de la música y aquel se dedicó a elevar el nivel de excitación de ella, acariciándola descaradamente por todo su cuerpo.
    
    Pasado el tiempo regresaron a la mesa. Bueno, dije yo, creo que ya es hora de irnos. ¿No te parece? Si, dijo ella, ya es tarde. Voy a pedir la cuenta y nos vamos, Ella no dijo nada y aquel quedó pensativo, sin soltar palabra. Cuando volví, después de pagar la cuenta, dije, bueno, ¡vamos! Yo fui saliendo y ella, detrás de mí, se estaba despidiendo del muchacho. Oye, ¿acaso no lo vas a invitar a acompañarte? Bueno, no sé, dijo ella. Yo creo que, si sabes, dije yo. ¡Apúrate! antes de que se les pase la calentura.
    
    No se dijeron nada. Ella lo tomó de la mano y caminó detrás de mí, que iba caminando en dirección al parqueadero. Yo me subí en el puesto del conductor y ella, junto a su conquista, se subieron en la parte de atrás. Yo no dije, nada, encendí el motor del carro y empecé a conducir, en principio sin saber a ...
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