1. Los traidores


    Fecha: 02/07/2018, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... apagado.
    
    —En serio, mi amor, no tengo ganas. — contestó, y se tapó con el cubrecama hasta la nariz.
    
    — Bueno mi vida, hasta mañana. — Contestó Marcos, aliviado.
    
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    Mientras Marcos duerme profundamente, Camila piensa en Germán. Se pregunta cómo se desharía de él. No sería fácil, porque Germán es muy temperamental, y está un poco loco. Si se enojaba, podría, en su despecho, contarle a Marcos todo lo que estaba pasando entre ellos. A pesar de tener más de treinta años, era un hombre caprichoso y posesivo, que tomaba todo lo que quería, sin medir las consecuencias. Pero eso es lo que más le gusta a Camila. No lo de caprichoso y posesivo, sino esa capacidad animal que tiene de hacer las cosas sólo por instinto. Así fue como la poseyó la primera vez, en una cuasi violación en el lavadero. Camila estaba metiendo la ropa en el lavarropas, y cuando lo encendió, se dio la vuelta y se encontró con su cuñado, quien la observaba con la mirada enloquecida. Entonces Germán se abalanzó sobre ella, como el animal que era, no la besó, ni la abrazó con ternura, como hace ahora que la relación está más consolidada, sino que la tomó de la muñeca, apretándola fuerte “ahora vas a saber lo que es coger”, le dijo, y la puso contra la pared. Camila, estupefacta, no atinaba a hacer ni decir nada. Se dejó llevar como quien se sumerge en un sueño, inconsciente, sin poder hacer nada para que los hechos cambien su rumbo. Germán se arrodilló y le dio un mordisco en la nalga, por encima de la tela ...
    ... del pantalón. Se lo desabrochó y lo bajó, no sin antes sacarle las zapatillas. “No, esto está mal” logró decir Camila, en un instante de lucidez. Pero su cuñado hizo oídos sordos, le arrancó la bombacha, convirtiéndola en hilachas, en un manotazo cargado de fuerza y virilidad, que a ella la excitó. Soltó un suspiro y abrió las piernas, apoyó las manos sobre la pared áspera, y se inclinó levemente, como llamándolo a que se sirviera de su culo como gustase. Él así lo hizo, y para que la traición sea aún más retorcida, la primera vez que estuvo con la esposa de su hermano, la penetró por el culo, cueva inmaculada que, salvo Marcos, nadie había profanado.
    
    La penetró con movimientos expertos, aumentando levemente la potencia de las embestidas mientras su sexo se enterraba en el culo de su cuñada. El fuerte ruido que hacía el lavarropas viejo les impediría escuchar claramente en caso de que Marcos entrara a la casa, pero ninguno de los dos pensaba en ello. Ambos estaban ebrios por tanta lujuria, tanto morbo, y tanta traición. Germán, al igual que le pasaba desde chico, disfrutaba perversamente al poseer lo que le pertenecía a su hermano, mientras que Camila, descubría una sensación que jamás imaginó conocer: se trataba de la excitación del sexo, magnificada infinitamente por desafiar sus propios límites éticos. Ella fue la primera en acabar, y aunque su sexo no había sido tocado, de él manó una notable cantidad de fluido. Luego, sintió el cuerpo convulsionado de Germán, que la ...
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