1. Los traidores


    Fecha: 02/07/2018, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... aplastaba contra la pared, con la fuerza que le daban los músculos contraídos, por la próxima eyaculación. Finalmente coronaron su primera traición con un estallido de semen que fue a parar a las entrañas de Camila.
    
    Cuando termina de rememorar aquella situación, se siente igual que siempre: puta, baja, sucia, sin ningún valor. Pero también siente la excitación en su entrepierna. Lleva su mano hacia abajo, y esta se hace paso por debajo del elástico de la bombacha, pasando por sus vellos púbicos, hasta llegar a su sexo húmedo. ¿Cómo se había atrevido Germán a iniciar esa relación? Se lo había preguntado muchas veces. Al principio se decía que la había poseído en el lavadero simplemente porque estaba loco, pero más adelante tuvo que reconocerse a sí misma, que incluso antes de que él empezara a vivir con ellos, había cierta conexión entre ambos. Larga un gemido incontrolable, y se asegura de que Marcos sigue durmiendo sin dejar de masturbarse. “Es cierto”, piensa, “siempre me miraba con esos ojos penetrantes, y yo, sin darme cuenta, le retribuía con una mirada igual de lujuriosa. Nos cogimos en nuestra imaginación muchas veces, por eso la primera vez que lo hicimos en la realidad, apenas necesitamos emitir palabra”. Sus rodillas se flexionan por inercia, debido a que su excitación va aumentando. Saca la mano con la que se está tocando, la lame, saboreando sus propios fluidos, y la mete de nuevo adentro de la bombacha, para ahora concentrarse con masajes más frenéticos en el ...
    ... clítoris. Entonces escucha el ruido tembloroso del celular vibrando sobre la mesita de luz. Yergue su cuerpo y ve en la pantalla iluminada, que se trata de un mensaje de WhatsApp. No le cabe duda de quién se lo mandó, sólo existía una persona que le enviaría un mensaje a la una de la madrugada. Duda de si leerlo o no. Pero se dice que tarde o temprano lo terminaría haciendo, así que era mejor leerlo para terminar con la incertidumbre, y dormir lo antes posible.
    
    “Me encantó lo de hoy” decía el mensaje de Germán. Ella piensa en él. Imagina que debe estar en el primer piso de la casa, semidesnudo (sabe que sólo duerme con un bóxer), tan caliente como ella, masturbándose igual que ella, deseándola igual que ella a él.
    
    “A mi también, pero lo que no me gustó fue el chiste estúpido que dijiste en la mesa” le contesta, recordando lo que Germán le había dicho a Marcos cuando este le recriminó, bromeando, que estaba usando su remera. Una oleada de indignación se le sube a la cabeza.
    
    “¿Así que sólo soy una cosa más de tu hermano, que usas como si fuera tuyo?” Le escribe en otro mensaje.
    
    “jajajaaja no seas tontita, sólo lo dije, porque sé que disfrutás del morbo, igual que yo” le contesta Germán.
    
    La indignación se convirtió, súbitamente, en ira.
    
    “Yo no soy morbosa como vos, y ya te dije que quiero terminar con esto, porque está mal, somos malas personas, quiero que te vayas lo antes posible y que hagas de cuenta que esto no pasó nunca. Me enferma que te burles de Marcos ...
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