UN GRAN DÍA 2 - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA 2

... “convencido”. 

-¡Maldito! ¡A mí no me pediste eso! – Laura se estremeció de placer, sólo al pensar que me podía orinar en la boca. - ¡Te lo voy a hacer…, cuando quieras chupármela!
-¡Serás muy bien recibida! El tuyo es tan rico como el de Mica. ¡Ya lo probé!
-¿Cuándo?
-En varias oportunidades. ¡A vos también se te escapa!
-¡Uy dio! ¡Me lo perdí! ¡En la próxima no te salvás! ¡Te voy a ahogar! ¡Jajaja! ¡Como cuándo me llenás la boca de semen!
-De acuerdo…, probamos ahora…
-Bueno, preparate. Acostate boca arriba, alejate de la cabecera…, así entro cómoda…
-Ehhh…
-¡Jajaja! ¡Te asustate!
-¡No! Estoy dispuesto… - La tomé de las caderas para subirla.
-¡Loco! ¡Tenía razón tu amiguita! ¡Sos un cochino! ¡Mirá si te voy a mear en la cara! ¡Ni loca! 
-¡La que te asustate fuiste vos! ¡Yo estoy dispuesto!
-¡Eso no me da placer…! ¿Para qué hacerlo? – Laura me besó para demostrarme que solamente estábamos jugando.
-¿Y qué te gusta? – Yo insistía. Ya que me interrumpió, vamos a aprovechar la pausa.
-Lo que quieras… Mirá, sentate en el borde de la cama. - Seguí su “directiva”. Aunque ella me diga “lo que quieras”, Laura tenía su propia “inspiración”. En el borde, con los pies en el piso. - Así está perfecto. 
Laura se levantó de la cama, y se instaló para que la ensarte, con su espalda y culazo frente a mí. Se fue sentando, tomándome la pija. La penetración no tuvo dificultades. Apoyó sus manos en el piso. Hacía rato que no veía su hermosa espalda y culo tan espléndidamente ...

... presente. Cuando ya estaba en el fondo, Laura levantó un poco el culo, luego más y hacia mi regazo, hasta el fondo nuevamente. Comenzó un vaivén perfecto. Yo no tenía que moverme, aunque me costaba mantenerme estático. Decidí acompañarla en el bombeo. Laurita se masturbaba enérgicamente, refregando su clítoris con sus dedos. Un ratito con cada mano. La otra apoyada en el piso. Ambos gemíamos de placer. La bombeada de Laura era cada vez más enérgica, al ritmo de su masturbación. Yo veía encantado como el agujerito del culo se dilataba cuando ella se levantaba, y se contraía cuando venía a apretarse contra mí. Parecía que me estuviera llamando, como cuando ponés todos los dedos juntos. ¡Uy dio! ¡Qué milagro! 
-¡Aaaahhhh! – Laura se sacudió, se levantó, saliendo la pija de la concha…, y regó sus piernas y el piso con un caudaloso squirt. - ¡Uy! ¡Cuánto hacia que no acabando tan lindo! 
Después de su orgasmo…
-¿Estas bien? ¿Podemos seguir? – Me había entusiasmado con el culo.
-¡Siii! ¡Lo que quieras! – Nos besamos, como siempre con toda la pasión del mundo, jugando con las lenguas. Una chupadita a sus pezones…, una caricia en la concha…
-Volvete sentar, como estabas. 
-¿Querés en la colita?
-¡Siiii! ¡Es irresistible!
-¡Jajaja! ¡Yo sabía que te iba a calentar el verme el agujerito mientras me la metías! 
Fui entrando. Veía perfectamente como la cabeza se introdujo en el ano. Fui entrando despacito. La tomé de la cintura, no muy apretada. Nada más que para sentir su cuerpo. ...